Por: Cuitláhuac Pérez Cerros
La humanidad se paraliza y la economía se colapsa debido a la llegada de una nueva pandemia, mientras que el sector automotriz después de la firma del T-MEC, vió en febrero una esperanza de repunte con una ligera alza en las ventas, un nuevo factor vuelve a golpear a este sector, así como al resto de los sectores económicos y sociales en el mundo, la situación actual ha servido para que varios personajes hagan alarde de su protagonismo y popularidad, pero distan mucho de tener la capacidad de manejar correctamente una situación como la que se está viviendo.
Por todos lados se pueden escuchar y leer las recomendaciones de seguridad necesarias para evitar el contagio y la propagación, siendo una de las más recurrentes la de permanecer en casa, aunque no todos se pueden permitir ese lujo, ya que hay quienes viven al día y dependen de un ingreso para poder llevar comida a su familia. Por otro lado, miles de negocios y empresas en México requieren de un ingreso constante y permanente para hacer frente a los gastos fijos que, sin importar la situación en que se viva, se tienen que pagar.
Es muy sencillo para muchos expresar su descontento y emitir opiniones, juicios o inclusive reproches respecto al hecho de que los negocios y las empresas sigan operando. Es fácil para aquellos que tienen un salario asegurado cuando el presupuesto asignado a sus dependencias y oficinas es aprobado un año antes, aquellos que sin importar si asisten o no a su lugar de trabajo su salario es recibido de manera íntegra, aquellos que se sienten con la autoridad moral para tomar decisiones que definen el rumbo o la vida de miles de personas que salen de casa día con día para hacerle frente a lo que les depare la vida, porque no tienen otra opción. Con esto último es necesario aclarar que, por supuesto, se tienen que tomar en todo momento las precauciones marcadas por el protocolo que establece la Organización Mundial de la Salud, así como seguir las recomendaciones de las autoridades de salud locales.
Pero, ¿dónde están los responsables de dar certeza a los ciudadanos para garantizar la salud y la estabilidad económica en medio de una crisis como la que estamos viviendo actualmente?, ¿dónde están las autoridades de todos los niveles de gobierno que deberían crear una estrategia integral para ofrecer respaldo financiero y comercial, oportunidades de desarrollo, congelamiento temporal de compromisos crediticios, creación de incentivos fiscales, y todo lo necesario para quedarnos en casa y así, minimizar el riesgo de contagio y propagación del virus, pero al mismo tiempo garantizar los salarios de todos los colaboradores y la continuidad de negocios y empresas mexicanas? Qué fácil es instar al cierre de negocios y al paro de empresas sin ofrecer un respaldo que brinde la certeza que se necesita y que no genere un desplome en la economía además del colapso que se avecina en el sistema de salud.
¿En manos de quién estamos? Cuando lejos de fortalecer la economía nacional, además de garantizar la salud de todos los mexicanos, nos damos cuenta de que se siguen tomando decisiones absurdas. Por un lado, el gobierno federal incita a seguir con una vida normal cuando es evidente el problema de salud tan grave que tenemos en el país y en el mundo, por otro lado y de manera local se ha ofrecido apoyo financiero que serviría sólo como parche momentáneo debido a la cantidad tan baja que se ofrece para hacerle frente a la afectación de la economía local o, como es el caso de la Cervecera Constellation Brand en Mexicali, donde menos del 5% del padrón fue suficiente para cancelar una gran inversión a través de una consulta pública cuyo avance de obra era del 70% aproximadamente. Así, hemos permitido que personas que nunca han creado nada tomen las riendas del país, y que personas con una visión limitada y sobretodo, con nulo conocimiento de las necesidades reales de todos los sectores económicos y sociales, decidan el rumbo de nuestras vidas. ¿Hasta cuándo lo vamos a seguir permitiendo?