Por: Lic. Rodrigo Temoc Villagrán Hernández
En México, ha iniciado el proceso electoral más grande de la historia, pero en medio de una crisis política, económica y de salud, existe un reto mayúsculo que superar, ¿cómo incentivar a la ciudadanía, a participar en este proceso electoral?
Iniciando a nivel federal, con el proceso electoral de las elecciones concurrentes 2020-2021, donde podrán sufragar alrededor de 95 millones de personas, que elegirán a la ciudadanía que ocupará más de 25 mil cargos de elección popular, entre los cuales se elegirán 500 diputaciones federales, 65 legislaturas, 15 gubernaturas, 1,063 diputaciones de 30 congresos locales y 1,926 ayuntamientos en 30 estados. De acuerdo a datos que expuso el Instituto Nacional Electoral, se instalarán 164,550 mesas de casilla, visitando alrededor de 12 millones de ciudadanos en sus domicilios, para reclutar y alistar 1.5 millones de funcionarios de casilla.
Históricamente al ser un proceso intermedio, es decir, donde no se renueva la presidencia de la República, los índices de votación promedian un 40%, no obstante, estamos ante la presencia como ya se mencionó, del proceso electoral más grande de la historia, lo que podría pensarse que ayudaría a incentivar la participación ciudadana. Pero, los pronósticos de que se dé el triunfo del abstencionismo son altos, puesto que lamentablemente atravesamos una pandemia mundial, que ha golpeado fuertemente a nuestro país.
Uno de los grandes retos, es que las autoridades reconsideren, el desarrollo de la organización del proceso electoral, si bien ya han sido modificados los trámites para la emisión de la credencial para votar y los temas de fiscalización, basta con ver cómo fueron modificados los calendarios electorales, federales y locales. Lo siguiente, es replantear la capacitación de funcionarios de casilla y la ejecución, del día en que los ciudadanos emitan su voto.
Dicho lo anterior, con relación a la autoridad administrativa, los desafíos para los tribunales electorales no se quedan atrás, puesto que se pronostica una alta actividad jurisdiccional, debido a que en la medida, en que los procesos electorales se han hecho presentes en la vida política de la sociedad, la legitimidad de los gobernantes electos se fortalece y las posibilidades de resolver las controversias sociales, aumentan considerablemente.
Sumado a lo anterior, existiendo más cargos en juego y un sistema de medios de impugnación, con modalidad en línea vigente y nuevas reformas a la normativa electoral, el trabajo no será nada sencillo para los órganos jurisdiccionales.
Por otro lado, la crisis económica será un factor muy importante en la participación política de la población, la pandemia no solo ha tenido un efecto negativo en cuestiones de salud, sino que además, ha sido copartícipe en el declive económico de nuestro país, pérdida de empleos y encarecimiento de productos, por lo que las elecciones podrían quedar en segundo plano.
Ahora bien, eso compete a las autoridades y a la sociedad, sin embargo, los actores políticos tienen desafíos interesantes y complicados, recordemos los mítines con miles de simpatizantes, mostrando la fuerza de las y los candidatos pertenecientes a un partido político, sucesos que al menos en este proceso electoral, quedarán en el olvido.
El reto para ellos entonces, es tener la innovación para generar un impacto en el electorado, así como la especialización de sus equipos de marketing político, en las plataformas de Facebook, Twitter, Instagram, Tik Tok, etc. Sin embargo, ¿cómo llegarán a aquellos sectores de la sociedad, que no tienen acceso a internet? De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019 del INEGI, existen 80.6 millones de usuarios de Internet (el 70% de la población), pero únicamente 20.1 millones hogares, disponen de internet, es decir el 56.4%.
En tal sentido, todas las cifras mencionadas, indican que se aproxima un trabajo extenuante y de gran responsabilidad para las autoridades administrativas y jurisdiccionales en materia electoral, pues deberán garantizar condiciones de certeza y legalidad, debiendo salvaguardar un derecho primordial que nos aqueja a todos, la salud de toda nuestra ciudadanía.
Las próximas elecciones, definirán el rumbo del país, en donde la ciudadanía, actores políticos y medios de comunicación, deberán de comprometerse, con la finalidad de garantizar el debido ejercicio del derecho al voto, bajo un estricto sentido de responsabilidad, que potencialice nuestra democracia, en donde los actores políticos, están obligados a innovar su forma de hacer política y la ciudadanía, a responder a la altura de una sociedad democráticamente consolidada.
Agradezco enormemente la colaboración de mi colega y amigo Daniel Gutiérrez Ruvalcaba, con sus precisos y exactos comentarios, que dieron lugar, a un análisis concreto sobre el proceso electoral, que actualmente estamos viviendo