Por: MDA. Juan Camilo Mesa Jaramillo
Todos sabemos que uno de los principales ingresos de nuestro país es la industria automotriz, siendo uno de los 5 mayores exportadores de vehículos en el mundo.
En México (hasta antes de la pandemia) se producían poco más de 4 millones de vehículos al año, lo que nos presenta claramente la importancia de este rubro.
Según Eugenio Herrera Nuño, “Eslovaquia, es el mayor productor de vehículos del planeta, en términos de cantidad de vehículos producidos per cápita: 189 vehículos anuales por cada mil personas. La zona automotriz de la Región Centro Bajío se encuentra cerca, produce 146 vehículos por cada mil residentes. Pero Aguascalientes se agiganta, con 333 automóviles producidos anualmente por cada millar de habitantes. Si fuera país sería el mayor productor de vehículos per cápita en el mundo”.
Como podemos ver, nuestro Aguascalientes depende en gran medida de la industria automotriz, que, si bien nos ha generado un buen desarrollo, es de vital importancia que México la pueda transformar.
¿A qué me refiero?
Todos sabemos que el mundo ha decidido migrar a la fabricación masiva de vehículos eléctricos, entendiendo que el petróleo ya no debe ser el combustible que mueva al planeta. Según el portal Latam – Mining “la campaña de Joe Biden (hoy electo Presidente de Estados Unidos) ha dicho en privado a los mineros estadounidenses que apoyaría impulsar la producción nacional de metales utilizados para fabricar vehículos eléctricos, páneles solares y otros productos cruciales para su plan climático, según tres fuentes familiarizadas con el asunto, en una bendición para la industria minera. Biden también apoya los esfuerzos bipartidistas para fomentar una cadena de suministro nacional de litio, cobre, tierras raras, níquel y otros materiales estratégicos que Estados Unidos importa de China y otros países”.
Es crucial para México llevar a que las armadoras generen un plan para migrar de la producción de vehículos de combustión interna a la de eléctricos, en el entendido de que no es para nada fácil migrar velozmente una planta de una tecnología a otra.
Mercedes, por señalar un ejemplo, espera que para el 2025 entre el 15% y 25% de sus ventas sean de vehículos eléctricos.
En el caso de Volkswagen esperan vender 3 millones de vehículos eléctricos por año, para 2025. Para el 2022 esperan tener 16 plantas listas para el ensamblaje de vehículos eléctricos.
En el tema, inician algunas buenas noticias para el país, cuando por ejemplo, Ford anuncia la salida del Mach–E, eléctrico, de manufactura mexicana; y para Aguascalientes, cuando la empresa portuguesa Piccoli Green Technology LDA instalará una planta en Asientos para la producción de vehículos y suministros eléctricos.
El mundo está cambiando y México debe estar preparando el terreno para seguir siendo fuerte en el giro automotriz. Para hacerlo, deberá buscar las condiciones idóneas para que las armadoras vean las ventajas de fabricar esta nueva gama de vehículos en nuestro país. Por otro lado, las universidades y centros de investigación debemos participar en la tarea de realizar investigación que pueda participar en la mejora de procesos, y la tecnología, que para muchas marcas, aún se encuentra en fase de desarrollo.