Definitivamente es un error que el presidente de México se esperance en que el petróleo sigua siendo el soporte de nuestra economía, pues la realidad es que debido a los malos manejos de PEMEX en 2020 se tuvieron pérdidas por 480 mil 966 millones de pesos, 38 por ciento arriba de lo perdido en 2019.
PEMEX es un barril sin fondo, por lo que seguir inyectando dinero a una empresa que no funciona es de verdad una terquedad que sólo nos dejará dinero tirado a la basura.
Seguramente PEMEX necesita una reestructura compleja que, con las condiciones actuales, será casi imposible de lograr. Pero más allá del mal funcionamiento y de las malas decisiones, se encuentra la migración que el mundo está haciendo a otras energías, pues los recursos no renovables y altamente contaminantes, seguramente se convertirán en historia en no más de dos décadas; desde este punto de vista inyectar dinero a PEMEX, personalmente lo considero un grave error.
Un ejemplo de lo que comento es el caso de Arabia Saudita quien actualmente es el mayor exportador de crudo en el mundo, y que con este poderío, ha decidido invertir en el negocio del hidrógeno verde, por lo que actualmente construye una planta de 5 mil millones de dólares impulsada completamente por el sol y el viento, la que seguramente se convertirá en una de las más grandes del mundo en producción de hidrógeno verde en 2025, cuando sea inaugurada.
El hidrógeno verde no es hostil con el medio ambiente, y su valor como energía es fundamental, tanto que el 20 de julio de 1969, la humanidad piso la Luna gracias al hidrógeno, pues fue el combustible que alimentó el cohete de la misión Apolo XI.
Según Israel Hurtado “la producción de este energético consiste en separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua mediante el proceso químico conocido como electrólisis, que requiere de energía eléctrica, en este caso, renovable, con lo que se evita la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera, como sí ocurre con el hidrógeno gris, que proviene del petróleo, o el azul, que se obtiene del gas natural… México tiene una gran ventaja competitiva en relación con el resto de América Latina y con Europa: su cercanía con Estados Unidos. Puede utilizar su potencial solar y eólico para producir hidrógeno verde y venderlo a la principal economía del mundo”.
El planeta entero avanza en la utilización del gas; el reino Unido busca calentar edificios con él, China está desplegando autobuses de celda de combustible y vehículos comerciales, y Japón planea usarlo en la fabricación de acero.
Y es que no es una mentira que los países productores de petróleo se verán seriamente afectados para 2040 cuando los objetivos del cambio climático los obliguen a “cerrar la llave”, por lo que México necesita entender que tenemos excelentes condiciones de sol y viento para ser grandes productores de energía solar, eólica y de hidrógeno verde. Lo único que nos faltaría es que nuestro presidente entienda que las decisiones que él tome hoy, serán la base para el México de las siguientes décadas, pues cada día que perdamos en la carrera de producción de energías limpias, nos complicarán en el futuro, en cuanto a las finanzas del país.
