Por: Lic. Javier Mojarro Rosas
Director Jurídico del Instituto Estatal Electoral de Aguascalientes
El pasado seis de junio, nuevamente fuimos llamados a votar, pero esta ocasión fue diferente, por primera vez en la historia electoral del país, toda la ciudadanía mexicana estuvo invitada, el proceso electoral más grande que se ha organizado conjugó elecciones en todas las entidades federativas sumadas a los comicios federales, para renovar más de veinte mil cargos, según datos del Instituto Nacional Electoral, y como si el reto no fuera mayúsculo, este ejercicio cívico se vio desarrollado además, en medio de una contingencia sanitaria, de características inéditas también en todo el mundo.
Sin duda, lo más importante fue la participación de la gente, ya que, situándonos tan solo en Aguascalientes, el porcentaje de votación superó las expectativas; de poco más de un millón de personas que conforman el listado nominal de nuestra entidad federativa, acudimos el cincuenta por ciento a ejercer nuestro derecho al voto, en alrededor de mil seiscientas casillas instaladas, lo que, si bien podría seguir pareciendo un porcentaje bajo, si lo comparamos con años anteriores en los que de igual forma contendieron candidaturas a Diputaciones y a los Ayuntamientos, es decir, en aquellos comicios donde no fue renovada la gubernatura del estado, los números de este proceso resultan superiores, lo que es alentador, pues indica que ante el interés ciudadano de involucrarse en la participación política de su entorno, no existe pandemia que pueda desanimarnos.
Reconocimiento aparte, merecen aquellas personas, vecinos y vecinas nuestros que decidieron regalarnos un domingo entero, haciendo a un lado cualquier temor, apatía o pretexto, para acudir al llamado de la responsabilidad cívica, y desempeñar la importantísima función en las mesas directivas de casilla, es decir, las y los ciudadanos que con su esfuerzo y dedicación recibieron y contabilizaron cada voto emitido en las casillas electorales, y que es justamente su labor el comienzo de la legitimación de los resultados obtenidos, pues no hay que olvidar que nuestro sistema electoral descansa en la confianza depositada en estas personas, de quienes creemos poseen la honestidad necesaria para desarrollar los procedimientos marcados en la ley, que decidirán quienes ocuparán los puestos de gobierno en los próximos años en nuestro estado; por ello, aplaudo su sentido de responsabilidad, su valentía y su compromiso cívico con sus semejantes y con la tierra donde vivimos. Ver las casillas llenas de votantes y funcionando adecuadamente, sin brotes de violencia, y con mucho entusiasmo de quienes coordinaron la labor en esos centros de votación, es el aliciente más grande para quienes nos dedicamos, como funcionarios electorales, al desarrollo de la elección.
Por último, es importante destacar el cuidado sanitario que se procuró en la jornada electoral con el firme propósito de proteger a todas las personas involucradas en la elección, tanto a las autoridades que lo desarrollaron, como a las y los integrantes de los partidos políticos, a sus candidaturas y las que contendieron de manera independiente y especialmente a toda la ciudadanía votante, a sus familias y a sus hijos e hijas que los acompañaron, ya que, con los protocolos sanitarios instaurados se ha logrado que hasta ahora no exista un repunte de contagios en la entidad, lo que hace pensar que las largas filas en algunas de las casillas y la cantidad de horas que se invirtieron para ejercer el voto, valieron la pena, una muestra de que las y los mexicanos, y particularmente las y los hidrocálidos, sabemos organizarnos aun frente a las adversidades, para llevar a cabo las acciones que son prioritarias, como lo es el involucramiento en la vida pública de nuestra entidad. ¡Felicidades a todos y todas!
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