Por: M.D.A. Juan Camilo Mesa Jaramillo
Rector de la Universidad Cuauhtémoc
Nos olvidamos de enseñar a vivir
Nuestro sistema educativo se centra estrictamente en instruirnos en herramientas para que podamos ser empleados y conseguir un sustento, pero se nos ha olvidado que somos seres humanos que necesitamos disfrutar y ser felices. Enseñamos conceptos, fórmulas, datos, alturas y capitales, pero olvidamos enseñar a sentir, a reflexionar, a disfrutar la bendición de estar vivos. Según el escritor holandés Víctor Küppers “la vida es fantástica y un reto apasionante cuando uno descubre que lo más importante es luchar cada día para ser la mejor persona que puedes llegar a ser y ayudar a los demás a ser felices… tenemos que luchar cada día para que nuestra vida sea una obra de arte”.
Es cierto, nuestras ciudades están llenas de trabajadores infelices que “viven en viernes”, trabajando sin ánimo, esperando el fin de semana. Nuestros estudiantes pasan por las universidades formándose en profesiones que muchas veces no son parte de sus sueños, pero que consideran les darán el sustento para una vida digna. El análisis interesante sería entender si es digno vivir sin encontrar nuestras vocaciones… sé médico pues ellos ganan bien. Sé abogado para que tengas una notaría como la del abuelo… miles de bailarines, artistas, deportistas y poetas se encuentran en profesiones para simplemente sobrevivir económicamente en un mundo exigente que exige aparentar que todos tenemos una vida económica resuelta… y al final, simplemente nos hemos convertido en obreros de una sociedad exigente.
Hace unos meses entrevistaron en España al profesor Víctor Küppers sobre lo que deberíamos enseñar a nuestros hijos para fortalecer su felicidad, y comentó: “Necesitamos desarrollar la bondad, el ser buenas personas, al final, en la vida el talento es importante, el dinero es importante, el trabajo que tienes, tu cargo es importante, pero en la vida es mucho más importante ser buena persona. Un segundo consejo es no perder nunca la alegría. La alegría ayuda mucho, pero la alegría no es ser payaso, chistoso o gracioso, es ese concepto de la alegría de vivir. Ser optimista es una elección. Ser alegre no es una consecuencia, ser alegre es una elección”.
Con respecto a los docentes Küppers comenta: “Uno de los trabajos más importantes que tiene un profesor es que los alumnos no pierdan el ánimo porque el entorno tiende a que pierdan el ánimo. Tú tienes un alumno sin ánimo y hay que ayudarle, porque la diferencia entre esa persona grandísima qué es o la persona mediocre que pueda ser está en el ánimo”.
Necesitamos entender que los seres humanos no somos máquinas que simplemente producen dinero para pagar deudas. Los seres humanos debemos tener un equilibrio que nos ayude a disfrutar y a gozar el placer de la existencia, pero ello sigue siendo una materia pendiente de nuestros sistemas educativos y de las propias familias.
Para finalizar, me quedo con algunas frases del Maestro Küppers sobre nuestros hijos: “Una actitud que me gustaría que tuvieran mis hijos: la amabilidad. Yo creo que la amabilidad nos falta, estamos en una sociedad en la que tratamos a las personas como bultos peludos con patas. Lo peor de todo es que hemos asumido que es normal, no nos sorprende, no nos extraña”.
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