Por M.D.A. JUAN CAMILO MESA JARAMILLO
Michael Fullan, pedagogo canadiense, director general del grupo New Pedagogies for Deep Learnig que une a mas de 1300 centros educativos en 7 países, es quizás uno de los pensadores educativos más influyentes del presente siglo. Desde el 2003, Fullan y su equipo iniciaron un trabajo arduo en Canadá buscando determinar el camino que debería tomar la educación.
Para Fullan la tecnología es importante en el proceso educativo, pero el sistema no debería enfocarse tanto en ella, pues la realidad es que casi todos los alumnos y docentes jóvenes son buenos en las tecnologías, lo interesante es enseñar a usar la tecnología en la pedagogía, y ese es el gran reto, pues para muchos docentes el camino fácil es hacer que los alumnos se desprendan de ella (dejando el celular afuera del salón), pensando que así lograrán una atención plena a su cátedra. La realidad es que el sistema educativo debería capacitar en tecnologías y su aplicabilidad, al usuario, en el proceso educativo.
Sobre la inversión, munchas veces millonaria, que las instituciones hacen en tecnología, supuestamente para mejorar la calidad educativa, Fullan comenta: “Cuando escribí sobre eso para la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) encontré que los países que invirtieron más en tecnología tuvieron peores resultados que aquellos que invirtieron de forma más cuidadosa. Aquí hay dos temas: dado que las TIC parecen ser el futuro, a los políticos les gusta tenerlas como símbolo de la modernidad. A los padres también les encanta, y por eso hay una tendencia de tomar el camino fácil y comprar tecnología”. Y es cierto, mientras no enseñemos las bondades de la tecnología en el aula, nuestros alumnos seguirán siendo analfabetas digitales, como comenta Marcela Momberg, usando sus celulares para tomar fotografías, jugar videojuegos y conectarse a las redes sociales… muy poco uso para estos aparatos que son mucho más potentes que el computador que nos llevó a la luna.
Finalizando sobre el tema, Fullan señala: “No se puede comprar tecnología para el aprendizaje, lo que hay que hacer es lograr que la pedagogía sea un motivador y la tecnología, un acelerador…” maravilloso.
Quizás los más relevante del trabajo de Fullan es lo referente a sus conclusiones sobre las 6 competencias que cualquier educando debe recibir de manera transversal en cualquier programa académico (Deep Learning), estás son:
- Creatividad: Es tener un “ojo emprendedor”, ver problemas y oportunidades de innovación, organizando los recursos necesarios para resolverlos.
- Pensamiento: Crítico: Ir más allá de simples datos, es entender el conocimiento para producir nuevo conocimiento.
- Comunicación: Lograr expresar ideas de manera convincente con argumentos, pero también siendo capaces de escuchar y cuestionar con respeto.
- Colaboración: Ser capaz de trabajar con equipos que ayuden a potenciar las ideas en la búsqueda de crear nuevas cosas.
- Coraje: tener la fuerza para caer y levantarse, y con más ganas lograr los objetivos planeados. En los últimos años se le he conocido como resiliencia.
Ciudadanía (Civismo): Ser capaz de actuar de manera cívica en el mundo actual, conectándose con problemas reales y siendo parte de la solución.
Michael Fullan es un buen ejemplo de como enfrentar la nueva educación, una centrada en la innovación y no en la memorización. Esta es una nueva pedagogía que usa la tecnología como apoyo y difusor, pero que también fortalece las competencias que son vitales para enfrentar con éxito la complejidad del siglo XXI.