POR: LIC. RODRIGO TEMOC VILLAGRÁN HERNÁNDEZ
A lo largo de estos meses, el gobierno federal así como los partidos políticos han incurrido en una violación considerable a las leyes electorales y a nuestro sistema democrático.
Pues, no solo se ha puesto en juego la estructura y el destino de un órgano autónomo como lo es el Instituto Nacional Electoral, siendo un organismo que en varios años se ha encargado de garantizar la organización profesional de las elecciones en México y, en estricto sentido, la vida pública del país.
Hoy en día, la democracia mexicana lucha ante grandes obstáculos, donde lamentablemente han sido puestos contra corriente debido a las injustas políticas públicas implementadas por los gobiernos. Desde problemas con temas relativos a la pobreza, desigualdad, actos de corrupción, violencia e impunidad, mismos que generan un gran descontento por parte de la ciudadanía.
Otro factor que afecta a nuestra democracia, es el uso indebido de las redes sociales, pues siendo una herramienta de comunicación tan poderosa que además conlleva a la toma de decisiones públicas considerables, esta continúa generando desinformación, mentiras y notas periodísticas de baja calidad (amarillistas).
Sabemos que se encuentra sobre la mesa una propuesta de reforma electoral con el único objetivo de debilitar las condiciones de competencia, afectar la representación política, pero sobre todo, tener un control sobre los órganos electorales (administrativos y jurisdiccionales), que originaría una subordinación de dichos órganos.
Aun siendo una tendencia que se vive en diversos países, resulta preocupante para nuestra democracia en México. Bien lo ha señalado el Presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova en diversas conferencias, donde se le pregunta lo siguiente ¿México necesita una reforma Electoral?:
“La respuesta es clara y contundente: no. Hay muchos ámbitos de mejora pero no son vitales; no son temas de los que dependa la recreación del sistema democrático. El año pasado, con el actual sistema electoral, organizamos la que hasta hoy ha sido, desde el punto de vista técnico y de participación, la mejor elección de los últimos treinta años”.
Siendo claros, la reforma electoral propuesta es un diseño institucional que pone a los próximos Consejeros del INE y a los Magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en una situación vulnerable y de negociación por parte de los partidos políticos, creando un ambiente no neutral, que generaría grandes conflictos.
Busquemos mecanismos y medidas que sigan robusteciendo el sistema electoral, pues son los organismos más cercanos a la ciudadanía que ayudan a pulir y mejorar nuestra democracia en México.