Por: Lic. José Campos
Cuando las personas nunca han estado dentro de alguna instancia de la Administración Pública, de cualquiera de los 3 órdenes de Gobierno, no sabrá la realidad de la misma; es una joda. Sí, como se lee. No todo es miel sobre hojuelas, de hecho, casi nunca lo es. Es un reto diario cumplir con tantas expectativas, cuidar las formas, implementar instrucciones, cumplir órdenes, procesos administrativos, tratar con el personal, etc. Para que al final, después de todos eso, la opinión pública sea maniquea. -Todos corruptos o todos rabones ¿o cómo era? –
Claro que siempre existen en un prisma diferentes aristas, al igual que en la percepción. Pero aún siendo así, cuando la vida me ha dado la fortuna de hacer una lucha para cambiar al sistema desde cualquier trinchera del Gobierno, he conocido personas de valía y de valores. Entiendo que no es fácil cambiar la opinión hacia los funcionarios, en diversas ocasiones, se entiende del por qué esa imagen pública ha sido ganada a pulso. Muchas de esas veces, se sacrifica la “popularidad” del mandatario (a), por tomar decisiones difíciles, sin embargo, para eso fue electo (a), para tomar decisiones, nos guste o no.
Lo anterior me lleva a entrar en materia; La consulta realizada para definir el destino del nuevo aeropuerto; Texcoco o Santa Lucía. Como todos sabemos, ganó Santa Lucía, ¿por qué? Pues porque así fue el resultado de la consulta. O al menos eso dijeron.
No importó que fuera un acto ilegal, aunque el Presidente del Senado; Martí Batres (y mi militante de la 4ta transformación) diga que sí fue Constitucional – ¿Alguien sabe cuál es la Constitución que están leyendo? – ni tampoco que la consulta estuviera financiada por un partido político, o por la nula credibilidad en las urnas, tampoco de qué nadie sabe dónde estuvieron resguardadas, ni tampoco importó que Andrés Manuel no sea aún el Presidente y no debía de realizar un acto de esa manera, no importó que más de 30 millones de mexicanos lo hayan elegido para ser el futuro gobernante y tomará las decisiones que considerara mejor. Tampoco de que se pudo votar más de una vez, como lo demostraron. No. Nada de eso importó. Pero aquí estamos ya. La realidad es que el acto de la “consulta” ha sido un parteaguas en la historia democrática del país. Algo que jamás había sucedido.
Uno de los más grandes políticos de éste país decía: “En política, la forma es fondo” (Jesús Reyes Heroles dixit). Creo que ese hubiera sido un buen momento para haberlo demostrado. Porque evidentemente en el acto de consulta que se realizó dejaron mucho que desear. Me llama la atención que desde la campaña Presidencial Andrés Manuel había venido prometiendo la cancelación del Nuevo Aeropuerto, y quizá fue hasta justificado ese reclamo social, todo lo que huela a Peña Nieto trae cargando consigo un cierto olor a corrupción, al menos esa es la percepción general. Pero, sí ese era uno de los lemas de campaña ¿por qué titubear? Después del primero de diciembre hubiera sido su facultad plenamente para tomar la decisión de cancelar la construcción (ya en marcha) del NAICM aunque eso no lo hubiese eximido de las penalizaciones de los contratos y las responsabilidades incumplidas.
Opiniones sobre el tema hubo en demasía, pero ya nada de eso importa, al parecer, la decisión está tomada. Un ejercicio de participación ciudadana, quizá no sea tan mala idea, pero no puedo dejar de expresar algunas dudas sobre el futuro de este ejercicio (no constitucional aún) por ejemplo; ¿Quién va a convocar? ¿Cuándo un tema se va a consulta? ¿Quién vigila? ¿El tren maya irá a consulta? ¿Quién dirime la elección? ¿Existirá la segunda vuelta? ¿Existirá veto por parte del ejecutivo? Etc.
Habrá que esperar a ver las consecuencias de la decisión que se sometió a consulta. Ahora todo sería especulación. Aunque en un comunicado el grupo bancario CitiBanamex llamó a este acto “El error de octubre”. –Y no me crea mucho a mí, pero al menos ellos, algo sí han de saber de economía. –
Lo que no creo que debamos de permitir, es que siga el llamado a la división social, sí se está a favor del presidente, merece todas las alabanzas y sí se está en contra es porque seguro eres parte del sistema y un corrupto (léase el preludio de éste artículo). No queremos que nuestro país se convierta en lo que bien escribió en su columna del Universal Irene Levy “Chairos contra fifís”. Tampoco que el futuro presidente acuse de accionista a Carlos Loret de Mola por el simple hecho de cuestionar los alcances y repercusiones financieras durante y después del resultado de la consulta. Así no. Sí a la libertad de expresión. Siempre.
En conclusión, mi percepción es que la democracia debe sin lugar a dudas evolucionar junto con la sociedad a quien la rige. Me parece un buen ejercicio siempre y cuando esté claro: ¿quién? ¿cómo? ¿cuándo? y ¿en qué? se llevará a cabo. Ese es quizá el mayor problema de la política de discurso contra la política de acción, que podrás mandar al diablo a las instituciones, hasta que te toca estar al frente de esas instituciones. Por ello, para concluir, una cita del maestro Borges: “Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos”.