Por: Mtra. en Políticas Públicas Jazmín Gavaldón
Las acciones de las personas sobre el medio ambiente siempre provocarán efectos colaterales sobre éste, a eso llamamos impacto ambiental. Una de las preocupaciones por los impactos ambientales es la pérdida de superficie de hábitats naturales.
Seguramente ha de saber lector, que los árboles crean el oxígeno y absorben los gases de efecto invernadero, y que son los encargados de extraer el dióxido de carbono del aire, absorben y bloquean el ruido, de manera que reducen la contaminación acústica urbana así como evaporan agua, ofrecen sombra y regulan así la temperatura de su entorno; también debe saber que su destrucción fomenta el calentamiento global y que puede alterar la capacidad de los organismos para sobrevivir en un ecosistema.
Si todo esto está claro, ¿por qué no se evita ‘el arboricidio’ en la ciudad? ¿Por qué las autoridades ambientales no sancionan la tala indiscriminada? ¿Se están realizando los controles necesarios para frenar esta situación? ¿Las obras viales y el crecimiento urbanístico son argumento para que prime la tala de árboles?
Para tener un aire de mejor calidad en las grandes ciudades, lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un árbol por cada tres habitantes. Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y para 2030, esta proporción aumentará al 60% según la ONU. Para mejorar su sostenibilidad y la calidad de vida de sus habitantes, los árboles son una de las mejores estrategias de inversión, gracias a sus ventajas para el medio ambiente, la economía y la salud.
Las ciudades con un mayor arbolado ofrecen un atractivo más para empresas y turistas ya que revalorizan las viviendas y las ciudades. El portal TreeHugger calcula que una vivienda con árboles cercanos o en su misma propiedad aumenta entre un 10% y un 23% su valor económico. Los árboles producen materia orgánica en la superficie del suelo con la caída de sus hojas, y sus raíces aumentan la permeabilidad del terreno, ofrecen hogar y alimento para numerosas especies animales y vegetales. La biodiversidad, y los beneficios que ella ofrece, es mayor cuantos más árboles, arbustos y parques urbanos y periurbanos posea la ciudad, es por ello que la necesidad de salvaguardar la vida de los árboles es el mejor patrimonio que podemos dejar a las generaciones venideras.
Plantar más árboles sí, pero bien hecho.
El aumento de la superficie arbolada urbana se debería convertir en una prioridad para nuestros gobernantes y para los habitantes de Aguascalientes tras leer este artículo, pero hacerlo de cualquier manera supone diversos inconvenientes.
Los expertos y estudiosos en la materia afirman que en la actualidad, se plantan árboles en las ciudades “muy alegremente” sin conocer el suelo y sin prepararlo, sin una debida planificación, sin una adecuada selección de especies, etcétera. Como consecuencia, los árboles están débiles y enfermos, si no es que en los meses subsecuentes a su plantación mueren, se caen al estar mal anclados al suelo, dañan el mobiliario urbano y encarecen el servicio de mantenimiento, entre otras cosas.
Por ello, se reclama los servicios de buenos expertos, la participación de ciudadanos comprometidos con el tema y con la toma de conciencia en el cuidado y preservación de la vida en todas sus formas así como de autoridades sensibles y comprometidas con los temas de conciencia ambiental ya que una plantación mal realizada sale peor y más cara a la larga.
El reto es planear ciudades amigables con el medio ambiente y que prioricen el interés superior de preservar el derecho a vivir en un ambiente saludable para todos