Después de un intenso periodo de negociación y cabildeo por parte de las autoridades y representantes de México, la actualización de las relaciones comerciales entre los países que conformaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y que ahora se denomina Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) fue ratificado por el Senado de Estados Unidos. Esta aprobación se suma a la que en su momento realizó el Senado de nuestro país quedando solamente pendiente la ratificación por parte del Congreso de Canadá.
El T-MEC ha sido cuestionado por diversos analistas en el área económica ya que en su opinión, este fue un golpe mediático buscando contribuir a recuperar la certidumbre de los inversionistas, sin embargo se requiere más que eso para lograrlo.
La noticia de la ratificación sin duda es buena, sin embargo para nuestro país representa la necesidad de acelerar acciones en materia de regulación, estado de derecho, mercado laboral y marco fiscal.
Las modificaciones que se hicieron al texto firmado en noviembre del 2018 y que se incluyeron como un adendum al T-MEC, establecen adiciones y cambios en los capítulos laboral, farmacéutico, automotriz, ambiental, y de productos y servicios en la agricultura.
En lo relativo a normas laborales, en donde los sindicatos estadounidenses acusaban al TLCAN de haberle robado empleos del sector manufacturero, debido a que la mano de obra mexicana es más barata, los demócratas lograron incorporar garantías en donde se exige a nuestro país el cumplir con las normas laborales establecidas en el T-MEC.
La poderosa central sindical norteamericana AFL-CIO mencionó que por primera vez habrá normas laborales cuyo cumplimiento podrá ser vigilado, esta mención causó controversia debido a que se considera una intromisión de Estados Unidos en la política interna de nuestro país. El subsecretario Seade encargado de las negociaciones por parte de nuestro país, mencionó que, si bien el T-MEC obliga a México a cumplir con reformas laborales que ya aprobó, admita la verificación de los estándares laborales y que esta estará a cargo de “expertos laborales independientes” y no a través de la inspección directa en las fábricas.
Para Aguascalientes otro de los temas relevantes es el sector automotriz, siendo la fabricación de autos uno de los elementos claves en la negociación del T-MEC. Para que los vehículos puedan ser comercializados en cualquiera de los tres países sin aranceles, el T-MEC exige que el 75% de las partes que componen un vehículo sea originaria de la región, esto significa un incremento de lo que ya estaba establecido en el TLCAN que era 62.5%. Así mismo, entre el 40 y 45% del vehículo debe de ser fabricado por operarios que ganen al menos 16 dólares por hora.
Otro de los temas sensibles para nuestra economía fue el de las medicinas, en donde con los cambios aprobados, se otorgará al menos 10 años de exclusividad para los principios activos de las denominadas “medicinas de patente”, lo cual facilitará el rápido ingreso de genéricos al mercado y de esta manera reducir el precio de las mismas.
Un tema al que quizás no se le puso mucha atención es la denominada “cláusula china” la cual fue incluida en el acuerdo y pareciera estar destinada a impedir que México o Canadá busquen un acuerdo mejor con aquel país.
En esta cláusula se indica que si alguno de los países firmantes del T-MEC suscribe un acuerdo de libre comercio con una economía no considerada como “de mercado” –léase china- las otras partes pueden cancelar el acuerdo trilateral e instaurar uno bilateral.
Como podemos concluir, los beneficios del T-MEC para nuestro país en términos de inversiones no serán de un día para otro, sino que se verán reflejados en el mediano y largo plazo, aun se requiere trabajar mucho en factores internos que garanticen tanto la certidumbre de las inversiones como el cumplimiento de todos los términos suscritos.