ESTAMOS EN 200 PUNTOS DE DISTRIBUCIÓN EN AGUASCALIENTES

EL INICIO DEL SUICIDIO

Andrés Vancook

sietediasdespues@hotmail.com

Todos en algún momento de la vida pensamos o reflexionamos sobre el suicidio. Tengo la teoría de que en la actualidad existe una fuerte conexión entre las REDES SOCIALES, la soledad, el aislamiento, la depresión natural del ser al no tener contacto humano directo y ese vacío que a muchos les lleva a considerar dejar la vida.

Como primer paso para superar una mala situación emocional está afrontar el problema a tiempo. No es de un cobarde asumir que se está en una etapa de adicción avanzada respecto al uso y dependencia de las redes sociales electrónicas. Estoy preparando una conferencia que espero impartir en escuelas y centros donde se agrupen niños, jóvenes y adultos, con el objetivo de compartir una plática sobre cómo escapar del círculo de confusión que nos produce la delgada línea que separa la realidad de la fantasía, cuando nos enfrentamos a constantes estímulos electrónicos. Somos algo así como animales siendo educados en un circo, en el cual nos alimentan si hacemos o actuamos de alguna manera.

Los estímulos digitales son directos y cada vez más rápidos. Los likes son aprobación y los comentarios son una apertura a que opinen sobre lo que hacemos, pensamos o compartimos.

Cuidado con la soledad. No somos seres creados para vivir a solas. Y las redes sociales electrónicas son el justo espejismo de la modernidad, para hacernos caer en la trampa adictiva de la falsa convivencia.

Sin duda no es el único factor en una decisión tan drástica, considerando que, en nuestra sociedad, la mayor audiencia de las decadentes radios está enfocada según los ratings en la música popular del género grupero, en donde las letras escurren dolor, desgracia, sufrimiento y machismo desmedido. Es de público conocimiento que las melodías hacen vibrar las emociones. Y si lo único que cargamos en nuestro sistema es desgracia, sufrimiento, arrepentimiento y rencor, sumado a que la red social electrónica que consumimos nos vincula con nuestro entorno particular, dándonos más de lo mismo en cada ocasión. Sin duda tendremos un estado anímico deplorable.

¿De qué se trata este último punto?

Facebook analiza tus interacciones, tus likes, tus compartidas. Al igual que lo hace con tus amigos electrónicos o contactos vinculados a tu cuenta. Con base a esto y sus complejos algoritmos de notable inteligencia arti cial, nos muestra justamente lo que considera que debemos ver. Ni más ni menos. Saben que darnos para que corramos en círculos como hámster en la ruedita.

Están en un nivel tan complejo de manipulación que ya quedamos arcaicos. Todo tiene un porque, y cada actualización de su aplicación o sitio web (cada 24 horas hacen cambios) está perfectamente estudiada para ir cerrando puertas psicológicas y abriendo juegos mentales. Los cuales saben dónde inician y en la mayoría de las veces (deben tener un grado de experimento) saben a dónde terminan.

¿Cómo estar seguros de esto?

¿Acaso alguna vez Facebook te invitó a leer un libro? ¿Alguna vez en todos estos años te motivó a que visites familiares? ¿A qué no dejes de disfrutar una tarde al aire libre? NO. Y tampoco lo hará. El negocio es claro. Es una segunda etapa de manipulación social. Segunda porque no es la primera vez que nos enfrentamos a una adicción electrónica.

Una tercera etapa será sumergirnos a la realidad virtual y a las ciber experiencias directas al cerebro. Generando interacción a través de dispositivos conectados a nuestros ojos, nariz y oídos. No estamos muy lejos. Oculus es uno de esos indicios. Facebook inició comprando la empresa y Samsung dio los primeros pasos.

¿Pero qué sigue?

Estar preparados, cuidarnos y cuidar a los más pequeños. Generar vínculos diferentes. Espero puedas formar parte de esta plática que en el 2018 estaré impartiendo. Tendré una especial para seguidores de la revista Apolo. Sígueme en Facebook y plantea tus dudas y comentarios.

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