Por: LRI. Edgar Busson
La ascensión al poder de AMLO con toda la parafernalia política que evoca el culto al presidencialismo de los años 70, la dote mística para la anunciación de 100 programas de corte social con un alto contenido de justificación de gasto y la permanente novela de divulgación matutina diaria al puro estilo de los dictadores populistas frente a la radio acribillaron en su protagonismo la figura presidencial; adicionalmente, la constate marcada por el error sólo ha exhibido una mediocre ignorancia y una perversa intención en los hechos; todo los escenarios que siempre se reclamaron por demagogia, exhibicionismo, gasto y corrupción a los anteriores gobiernos, son los que arbitrariamente se comenten en el actual. La pose diosificada y al actitud mesiánica ante los acontecimientos desdibujan el rostro del Presidente del nuevo régimen por cada error de los que debe recular, no obstante, se maquilla de luz cuando recurre a la denuncia de la corrupción de los malos gobiernos, que finalmente sólo existen en su imaginario, donde él se pregunta, se responde y además lo divulga a las 7 am.
Las serias contradicciones de su campaña que esperanzaron a 30 millones de mexicanos para votar con su confianza puesta en un cambio verdadero en sus condiciones de vida, se vieron esfumadas en cada uno de los días que antecedieron la toma de protesta como Presidente, o de investidura como se le llamo de manera muy “fifí”, se desplomaron con los anuncios de que los gasolinazos que prometió a todo el país no se dieron porque no lo ordenó, se cayeron a pedazos con el fiscal carnal, con el deterioro a los programas asistenciales y la destrucción de muchos otros de atención a la pobreza, educación, salud, cultura y deporte, incluso con toda la intención se desintegró el INADEM y se pulverizó el FNE que financió 4.4 millones de proyectos de emprendimiento y PyMES en el sexenio anterior; y todos estos programas ahora sólo darán becas a los ninis, otras a bachilleres y universitarios, se aplicarán recursos para duplicar las pensiones de adultos mayores que no podrán acceder a ellas a los 65 años como se tenía en el gobierno federal anterior, sino hasta los 68 años de edad, afectando a más de 1.1 millones de adultos mayores que debían recibir este apoyo en 2019. Esto es, sin menospreciar la visión subsidiaria para atender la pobreza, en apuesta al gasto social, se ha abandonado la inversión en el sector productivo; y aunque se dice que se aumentó el gasto en educación, trabajo y bienestar económico, la cruda realidad es que todo los que se destruyó para atender simultáneamente muchas necesidades sociales de acuerdo al clasificador de pobreza y distribución de la población y economía para el desarrollo, se traslado en presupuesto para las becas y pensiones, es decir, para un gasto que no tiene fondo y que no produce riqueza de ninguna manera. La demagógica invención de la Cuarta Transformación es sólo una ilusión que existe en el imaginario del Presidente y en la etiqueta de sus fanáticos seguidores.
Para Aguascalientes, es desolador el panorama, no sólo la carencia de habilidad política para afianzar de la palabra de AMLO el presupuesto que detone la obra pública, social y desarrollo económico que vuelva a repuntar al Estado a los primeros lugares en empleo, seguridad, educación, salud y estabilidad social ha sido insuficiente, sino la incapacidad de negociación en el Congreso de la Unión por nuestros legisladores, y en el Ejecutivo con el Gobernador y Alcaldes. La CONAGO no es contrapeso toda vez que se doblegó ante la figura presidencial, por lo que la obra negra de la dictadura está puesta, un Poder Judicial con fiscal carnal, un legislativo incondicional y chequera al servicio del Ejecutivo Federal, que rige con la fuerza y sin la razón aunque en el discurso diga lo contrario.