Por: Ing. Alberto Aldape
Recientemente la Secretaría de Energía (SENER), publicó las reglas del sector eléctrico, mismas que afectan en forma negativa, la producción de energía eléctrica limpia y merma la confianza y el interés por invertir en nuestro país, con empresarios nacionales, Europeos y Canadienses.
El Acuerdo por el que se emite la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional, causó asombro, ya que no se siguieron los canales institucionales, para realizar las modificaciones a las reglas económicas que se encontraban vigentes, causando con ello un grave daño, a la ya de por sí mermada confianza de los inversionistas.
El Gobierno Federal a contra corriente de los países de la OCDE, pareciera dar mayor impulso a la generación de energía, con métodos altamente contaminantes, como lo es la quema de combustóleo o carbón mineral.
Con el primero, combustible fósil derivado del petróleo y que es un sub producto de los procesos de refinación, se utiliza sobre todo, en los motores de los buques tanque; sin embargo el que se produce en nuestro país, tiene una alta cantidad de azufre y ha sido prohibido su uso por la marina mercante a nivel internacional. Quizá, esta sea la razón por la que la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se encamine a adquirir volúmenes adicionales de combustóleo, para generar electricidad en nuestro país.
En cuanto a la adquisición de carbón para los mismos fines, pareciera que existe un conflicto de intereses, debido a que el presidente de la Comisión de Energía del Senado de la República, el Senador Santana Armando Guadiana Tijerina, cuya actividad se destina a la explotación de minas de carbón, otro de los combustibles altamente contaminantes y que se utilizara en nuestro país para la generación de electricidad.
Las reglas fueron publicadas en un momento de caída de la demanda, causada por la pandemia del coronavirus y da ventajas adicionales a la CFE, por encima de los desarrolladores privados que han invertido en el país y cuyo valor, es cercano a los seis mil millones de dólares. El primer resultado de esto, será el contar con menos plantas eficientes para la generación de energía en el país y un aumento en los costos de la misma.
Las acciones jurídicas de defensa por parte de los inversionistas, no se hicieron esperar y han interpuesto amparos para evitar verse afectados por el mismo.
Hay que recordar que como parte del T-MEC, se incluyó un capítulo de buenas prácticas ambientales, por lo que la SENER, tendrá que revisar los criterios establecidos en el acuerdo, debido a que también, el impacto de los cambios en las reglas es incierto para la CFE, pues la mayoría de sus generadores son antiguos.
La nueva política, permite al Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), determinar que nuevas plantas y generadores distribuyen energía, siendo el criterio de confiabilidad, la intermitencia de las energías renovables y la congestión de la red de transmisión.
Para nuestro país, no solo es retroceder en la generación y uso de energía con fuentes renovables, también tiene un impacto negativo en las finanzas públicas y seguramente, las evaluadoras volverán a bajar la calificación de la deuda soberana de nuestro país.