MDA. Juan Camilo Mesa Jaramillo
No me cabe la menor duda de que el emprendimiento es el camino que tiene nuestro país para crecer su economía y disminuir la brecha entre la pobreza y la riqueza.
El gran reto es que el sistema educativo mexicano no nos forma para ser emprendedores, por lo que es mucho más complejo lograr los objetivos de desarrollar un negocio, lo que nos ha llevado a que de cada 10 empresas que se abren en México, 9 cierran antes de 5 años.
Pero hemos iniciado un buen camino, pues México se ha vuelto un promotor del emprendimiento, tanto así que, en el 2016, un estudio denominado “Startup América Latina 2016: Construyendo un futuro innovador”, realizado por la OCDE, determinó que México es el país que más apoya las iniciativas de emprendimiento dentro de las naciones que conforman la Alianza del Pacífico.
Para que el camino se agilice, debemos incluir transversalmente la enseñanza del emprendimiento en nuestra educación básica y media superior, sentando las bases del espíritu emprendedor y el pensamiento empresarial, para buscar que en la educación superior los jóvenes ya estén en posibilidad de abrir sus propios negocios de manera paralela a la formación en sus universidades, esto facilitaría enormemente la generación de riqueza y una mayor experiencia en conocimiento, que al final, es el mayor valor agregado que un país puede tener.
Personalmente creo que existen cuatro carencias fundamentales de conocimiento, en el mundo moderno: primero es no saber leer ni escribir, segundo no saber inglés (pues es el idioma universal de los negocios), tercero, es no saber manejar una computadora o un dispositivo móvil con fluidez, y cuarto, no saber el lenguaje de la programación, pues la programación es el soporte de cualquier aparato electrónico en la actualidad.
Hace unos días conocí a un gran emprendedor, Juan Agustín Romero de Robolab quien se dedica a enseñar de una manera divertida, códigos de programación a los jóvenes de México.
Con Agustín decidimos unir dos ideas para mejorar la educación de los estudiantes mexicanos. Estaremos uniendo la enseñanza emprendedora (a la cual me he dedicado en los últimos 10 años), sumándola a la enseñanza de códigos de programación para que por medio de un Makers Lab (espacio de creación) los jóvenes hagan los prototipos para las ideas de negocio que van desarrollando.
En un Makers Lab, o Makers Space, debemos tener 5 áreas de trabajo básicamente: Electrónica y programación, área de trabajo manual, espacio para la fabricación digital, un área de manejo de textiles, y una última área de materiales de reciclaje.
La idea de estas áreas es que potencien las ideas de negocio para llevarlas a un prototipo que luego sea el soporte para una startup. Según Eduardo Morelos una Startup “es una gran empresa en su etapa temprana; a diferencia de una Pyme, la Startup se basa en un negocio que será escalable más rápida y fácilmente, haciendo uso de tecnologías digitales”.
México necesita más y mejores emprendedores, por lo que quienes nos dedicamos a la educación desde la inicial hasta la superior, tenemos la obligación de cambiar el rumbo y entender que las habilidades emprendedoras son fundamentales para un joven del mundo actual.
Si entendemos esto, seguramente podremos aspirar a un cambio radical en México en las próximas décadas, un cambio que nos augure mayor riqueza y mejores oportunidades para todos.