Por: Fernando Valdivia
Lic. En Administración Financiera
Máster en Administración de Empresas
El 2018 será un año complejo, atípico pero lleno de grandes oportunidades. Es por eso que mi más grande deseo para todos los lectores es que la vida los llene de mucha imaginación, creatividad y pasión para este 2018.
Sin embargo, para que los resultados de esta gran combinación que les deseo a todos ustedes hay que dar un vistazo a lo que sucede y sucederá con tres cuestiones que considero vitales en nuestra economía y negocios: China, USA y nuestros indicadores internos:
1) El PIB de China continúa desacelerándose, un probable cierre del 6,6% en 2017. Se encuentra en una transición de una economía basada en la exportación a una nueva estrategia de inversión y consumo interno, a pesar de la desaceleración, continúa liderando el crecimiento mundial, representa un tercio del total global (según cifras de FMI). El panorama que hemos visto del gigante asiático del 2014 a la fecha en su PIB es: 7,3% en 2014, el 6,9 % en 2015 y 6,7 % en 2016, a un posible 6,6% para este 2017 y según las proyecciones un posible 6,4 % en 2018 y 6,2 % en 2019. Esta transición tendrá “efectos negativos” a corto plazo para la mayoría de los países exportadores como Corea del Sur o Malasia, pero a largo plazo será beneficioso, sobre todo para la importación de bienes de consumo y servicios, así como el turismo. Su plan, es pasar de ser la maquiladora más grande del mundo a ser los productores, generadores y consumidores por excelencia; representan el 40% en importaciones de metales, y el 10% del petróleo en el mundo. Los precios de las materias primas en gran medida dependen de sus movimientos, la conclusión es que China afecta de manera directa los precios generales en los mercados internacionales. Su índice en los precios al consumo creció un 2 % en 2016 y el pronóstico es que cierre con 2,4 % en este año y para el 2018 alcance el 2,3 %.
2) ¿Qué podemos esperar de nuestro vecino del norte y su divisa? Muy posiblemente el dólar alcance un promedio de $20.15 pesos por dólar debido a un fortalecimiento del dólar por sus reformas fiscales y a un peso inestable por ser año electoral. La renovación del TLCAN seguramente se dará bajo un nuevo marco mercantil y legal. Los expertos aseguran que se firmará un tratado renovado, todas las presiones del Presidente D. Trump son para modificar algunos criterios sin que se extinga la gran relación industrial y comercial entre ambos países.
3) En México se estima un PIB entre 1.9% a un 2.1% para el 2018, con una inflación real del 4% (cuando al cierre de este 2017 se pronostica al 6.5%).
Concluyendo y aterrizando las cifras de los expertos: la gran apuesta para invertir a corto plazo debe ir enfocada a los negocios e industria tradicional que tan noblemente ha mantenido a nuestro México, reafirmarla y llevarla hacia un proceso de innovación y competencia internacional. El nicho de oportunidad estará en la vinculación e innovación. No es necesario descubrir hilos negros, simplemente saber encontrar las grandes necesidades y problemas para brindar soluciones efectivas. Los servicios profesionales deberán realmente ser propositivos y generar riqueza. Un turismo que capture pesos, dólares, euros y cualquier divisa con eventos e infraestructura de calidad. El área agropecuaria tecnificada y generar programas de alto impacto para todos los involucrados. Pensando a mediano/largo plazo, incentivar a los portafolios de capital privado y público a invertir en universidades y tecnológicos para impulsar el conocimiento, ciencia y cultura para dar un resultado de una economía de valor agregado.
El 2018 y los subsecuentes, amigas y amigos lectores, serán para la gente apasionada por el cambio, apasionada por el trabajo, con miras de generar valor, el valor económico estará en la generación de valor social y soluciones de problemas.