El Monasterio de San Miguel de la Cogolla fue el escenario naciente para que lo que se conoció como castellano, y hoy como idioma español; desde ese momento se nos dio identidad lingüística: nuestra cultura en esa realidad así comenzaba.
Al remitirnos al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se puede ubicar el significado de cultura que versa como sigue: Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimiento y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. A partir de la reflexión de esta definición se logra concluir que todo ser humano es un ente cultural, sea que la profese o que no piense como tal. Cada persona tiene una vinculación con su cultura, desde el ámbito personal hasta el que atañe con fenómenos sociales.
Cada cultura se traza desde las diferentes manifestaciones para expresar un mensaje. Una persona se puede ubicar frente al lienzo “El Guernica” del pintor Pablo Picasso y ahí va a poder encontrar un cuadro de innumerables manifestaciones de cultura. La misma identifica y puntualiza a un pueblo, le nombra, le denomina y le vuelve trascendente. Esto es exactamente lo que en esa escena de “El Guernica” una y otra vez, un sujeto que lo observa, realiza una comunicación muy personal con los elementos con que la obra se conecta.
Por otro lado, hay que enfatizar que la cultura se liga con la sociología de manera profunda, es decir, ésta se refiere a las personas, a las sociedades y a todos los mecanismos de cohesión que se habilitan en la misma. La cultura llega a permearse de manera pertinente para que mientras la sociología dice cómo son las sociedades, la cultura reafirma la misma -a la sociedad- y le categoriza en varios elementos, como ya se estableció al inicio: en manifestaciones artísticas, aspectos científicos, nacimientos industriales.
La cultura de un pueblo o de un país, lo diremos así, es el rasgo distintivo que lo hace diferente a todos los demás. Se pudiera pensar en la música popular de Portugal, y así se tiene que los Fados emergen desde la razón, desde el sentimiento más profundo y desde la emocionalidad más firme. Cada estampa de cultura, llámese literatura, música, entre otras más, despierta el lado más sensitivo del ser humano. Cada persona se asocia a una cultura en específico, es decir, si en el seno familiar se gesta el gusto musical, entonces se puede expresar que en ese microsistema subyace una cultura de esta categoría.
Lo dijo el novelista Gabriel García Márquez que la cultura es el aprovechamiento social del conocimiento, y con esta máxima se tiene una lectura donde, nuevamente, todo ser humano está llamado a entregarse con total convencimiento a la cultura que más tenga a su alcance. Una cultura, desde estas líneas interpretativas para engarzarse al conocimiento y como tal no será perecedera. Un hombre ocupado en la cultura de su país o de su pueblo, es un sujeto que está encauzado a la verdadera libertad de expresión. Cada persona puede expresar cultura, y de esta manera se podrá asociar a líneas del conocimiento. La vida siempre tiene preguntas, respuestas, dudas, capítulos existencialistas y demás, y en cada una de estas elucidaciones podemos encontrar un rasgo de cultura muy personal.
La cultura, como ya se ha mencionado, expresa un mensaje, y no siempre es una misiva donde todo es cordial, lo importante es que resulte una paleta multicolor y de multi interpretaciones en relación a una realidad cultural.
Cerramos expresando que el lenguaje es cultura, es un mecanismo de análisis del discurso, semántica, significado y significante. Cada uno es protagonista de su propio despertar formativo.
