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LA DECISIÓN 2018, MARCA EL RUMBO DE MÉXICO

Por: LRI. Edgar Busson

Desde el anuncio en 2017, de la salida de Agustín Carsten de Banco de México y el nombramiento de Alejandro Díaz de León para sustituirlo; la renuncia de José Antonio Meade a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para contender por la Presidencia de la República; la incorporación de José Antonio González Anaya a esta última Secretaría, y el enroque con Carlos Alberto Treviño en PEMEX debe propiciar lecturas inequívocas que son en contexto, una estrategia de orden mundial con un claro esquema que define la ruta de la macroeconomía de México; las interpretaciones a la ligera con alcances confusos sirven más como estrategia mediática de intereses políticos partidarios, que de discusión seria para proyectar la economía mexicana con expectativas  emergentes de clase mundial; porque será conveniente para los países del norte mantener en ese techo a México.

No es un tema menor en 2018, ni quedan en la disociación los asuntos económicos de lo político; ni el tema macro, de la estrategia inmediata de beneficio micro para las familias mexicanas; juegan todos los componentes: la detonación del empleo, el impulso a la educación, la universalidad de los servicios de salud, la estrategia nacional de seguridad pública, el combate y atención a la pobreza con mecanismos de prevención del delito y emprendimiento; el desarrollo económico estratégico, regional, de inversión extranjera, de comercio internacional y el tecnológico para todos los segmentos de la economía social; la política pública de relaciones y comercio internacional con los tratados y acuerdos establecidos y por realizarse; la soberanía en términos reales de su invulnerabilidad interna y externa, más como un pilar de la seguridad nacional que comercial; y la economía de la globalización en oportuna participación del mercado para los productos del campo, manufactura y servicios que produce nuestro país; es decir, una prioridad con otra a la vez, son del interés de todos; por ello, reviste especial importancia el proceso electoral de 2018.

Es la decisión 2018, la que apuesta por la cima o por el precipicio económico de México; plantear cuentas claras, aplicaciones precisas de presupuesto, asignaciones transparentes de recursos, bases explicitas de adquisiciones, rendición inmediata de cuentas y orden de gasto público; son prioridades en la visión del “cómo” de la propuesta política para presidencia de la república, entre muchas otras. De la misma forma, para el Legislativo Federal, la exigencia en dominio, pericia, experiencia y conocimiento para dar marco legal a los retos nacionales, coyunturales, estratégicos, financieros, estructurales, sociales, sectoriales e internacionales de competencia, conllevan a una seria reflexión para la selección y la posterior elección de quienes deben ejercer la función legislativa con el interés político del servicio y no del improvisado servilismo partidario.

La estabilidad requiere mantener la política monetaria estable en la paridad peso-dólar fluctuando el intervalo de $18.00 a $20.00 pesos entre finales de 2017 y todo 2018; mantener e incrementar el nivel de las reservas internacionales que ascienden a 195 mil 821 mdd de acuerdo a Banxico. Soportar una inflación de los 6.89 puntos e inclusive de hasta 10 puntos que logró disminuir el porcentaje del ISR para personas físicas; así como mantener un incremento salarial que será en enero 2018 de $88.36 pesos como mínimo, que alcance en el mediano plazo, la recuperación del nivel de vida digno de los mexicanos y logre, con sus ajustes, empatar la línea de bienestar referida en los poco más de $90.00 pesos actualmente. El gasto neto total previsto en el Presupuesto de Egresos 2018 importa la cantidad de $5,236,375,600,000, y corresponde al total de los ingresos aprobados en la Ley de Ingresos. Este presupuesto, estratégicamente dispersado en los capítulos de prioridad nacional para gasto e inversión de obra, impulsa las zonas económicas con mayor rezago, y a su vez, a las que por su condición geográfica son fuente de oportunidad para la comercialización internacional y aprovechamiento de los recursos para generar condiciones de equidad, igualdad y cobertura en oportunidades y servicios a su población, desde los básicos en comunidades de polígonos de pobreza, hasta el empleo, salud, educación, vivienda y la inversión extranjera directa generadora de mayor riqueza social; es posible identificar la complejidad del tema económico, social y político para México, así, sin ocurrencias o populismos, por ello, la decisión 2018, marca el rumbo de México.

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