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LA TENDENCIA DISRUPTIVA EN LA EDUCACIÓN Y SU IMPACTO SOCIAL. HACER MEJORES SERES HUMANOS

Por: Arq. Gabriela García Torres

Hablar de educación como tal nos remite a tocar un sinfín de puntos de vista, modelos y estereotipos sociales manipulados al servicio de los que se dicen gobernantes. Se antoja compleja y discrepante aunque no por ello deja de ser un tema que siempre estará vigente bajo la lupa de escritores, educadores, psicólogos , pedagogos y todo aquel interesado en innovar un modelo de enseñanza que esté a la par de las exigencias de nuestros niños, siempre y cuando estos modelos persigan “hacer mejores seres humanos”.

La historia de la educación, se ciñe a la división de las edades del hombre partiendo de la Edad antigua con las culturas India, China, Egipcia y Hebrea durante el primer milenio a.C. Para después dar paso al Helenismo con Cicerón en Roma, aquí mismo el Cristianismo, con la recuperación de Grecia y Roma nace el Renacimiento, posteriormente el Barroco por el disciplinarismo pedagógico del siglo XVIII. Esto por citar algunas épocas relevantes a la historia de la educación y que tuvieron mucho que ver en lo que ahora tenemos como educación Contemporánea.

Si bien al hablar de Educación, pudiéramos pensar que es la que se recibe por parte de los Colegios o Instituciones, la educación tiene mucho más que resumirla a conocimientos adquiridos por parte de uno o más profesores.

La educación es la formación integral que  desarrollamos tanto intelectual, moral y afectiva a lo largo de nuestras vidas, influyendo en ella los paradigmas, estereotipos y demás ideologías que nos alimentan desde el seno materno, pasando por la religión que se profese, las instituciones educativas y el régimen sociocultural en que nos vemos sumergidos.

Históricamente hablando la educación nace como tal cuando las personas de edad adulta entrenaban a los jóvenes en el  conocimiento y en las habilidades necesarias para poder sobrellevar alguna actividad de la sociedad, pasando estos conocimientos, valores y habilidades de una generación a otra.

No siempre fue sencillo este aprendizaje, pues si bien el objetivo como tal de la educación que es formar seres capaces de desarrollarse de una forma integral, se ve mermado por los intereses de diferentes grupos políticos y religiosos que pretenden controlar y manipular a conveniencia de unos pocos.

En la actualidad, la educación ha sufrido derrumbes importantes en cuanto a metodologías, pues la renuencia a enfrentar los cambios antropológicos de la sociedad han propiciado diferentes enfrentamientos y choques de grupos sociopolíticos, no olvidemos que ya el despertar de conciencia de los jóvenes rebasa por mucho al estancamiento educativo que se ofrece en las instituciones manipuladas por las ideologías políticas y religiosas carentes de innovación y ya caducas.

Diferentes investigadores, escritores y educadores han propuesto alternativas experimentando los resultados en personas de temprana edad, teniendo como resultado un sinnúmero de modelos educativos adoptados por Instituciones  privadas como el método Montessori que en su momento fue un parteaguas en la educación a finales del siglo XIX y siglo XX por María Montessori quien se vio inspirada por las necesidades de un grupo de niños marginados por la sociedad en un barrio de Roma, el cual se caracteriza por desarrollar en los niños la independencia y libertad con limites, siempre siendo observados por sus guías (maestros), logrando un desarrollo integral. Dando pie a La Teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner en 1979, teoría que en su momento causó gran desconcierto en autoridades del tipo conservador pues propuso que la vida humana requiere del desarrollo de varios tipos de inteligencia, definiendo a ésta como la “capacidad de solucionar problemas o elaborar bienes valiosos”. Cosa que no fue muy bien asimilada, pues la innovación en las teorías está potenciando independencia y autonomía en los individuos que participan de ella, contraponiéndose al estado de control y manipulación de nuestros gobernantes.

Y si estos métodos no fueran suficientes, daré mi punto de vista a cerca de la tendencia disruptiva en la educación, dicha tendencia  adoptada por uno o más individuos hastiados de seguir el estereotipo dictado por los gobernantes conservadores es a mi juicio un parteaguas como en su momento lo fue Mozart para la música o Da Vinci para la pintura, pues al hablar de Disruptivo se genera un caos mental, puesto que se rompe con toda norma establecida, todo aquello creído hasta entonces como “ Educación de calidad” se viene por tierra, La tendencia Disruptiva según Ken Robinson crea realmente individuos capaces de pensar por sí solos, genera una autonomía para la solución de problemas, potenciando la creatividad principio y fin de cualquier momento en la vida del individuo.

La creatividad debe ser tan importante en la educación como la alfabetización. Si todo se da digerido a los niños en el aula, éstos no alcanzarán la capacidad  de innovar y los talentos extraordinarios quedarán desperdiciados. Debemos dejar que los niños experimenten, que se equivoquen para que prueben y generen por sí mismos la solución.

Actualmente se da la información o los conocimientos a los alumnos de forma por demás digerida, el alumno se convierte en receptor y el profesor en emisor de información. No se valora la inteligencia, si no la capacidad de destacar en ciertas asignaturas o materias galardonando por si fuera poco con medallas y reconocimientos de todo tipo. Anulando la credibilidad del alumno y su capacidad que a muchos sorprendería si se le diera un voto de confianza, lo que los alumnos pueden alcanzar es sorprendente pues utilizando como herramienta la imaginación, tiene alcances mayúsculos en la sociedad.

La educación debería ser el medio donde se propicien las circunstancias adecuadas para que surjan los talentos desarrollando al máximo las capacidades de las personas donde la inteligencia fuese dispar, vital, interactiva y única. El sistema educativo tendría que dejar de ser un modelo industrial, estandarizado y conformista. Tendría que sufrir como tal una Revolución en todos los sentidos para conseguir lo que a final de cuentas persigue todo ser humano, ser felices, haciendo lo que nos apasiona para sentirnos plenos.

Sería muy interesante que comenzáramos a dejar de ver nuestra vida en la de los que estamos educando, si volviéramos a ser un poco más auténticos y despreocupados, no tendríamos que sufrir por formar seres perfectos , pues tenemos la fortuna de ser seres humanos inacabados, equivocarnos y aprender de los errores, experimentar y solucionar al ritmo de cada quien, imposible competir por “una medalla a la inteligencia” puesto que no se puede evaluar con la misma herramienta o prueba a dos seres humanos con características propias, únicas e irrepetibles. Dejemos de lado el suponer que “alguien” aún no tienen edad para tal o cual, no sembremos el miedo en los demás y mucho menos propiciemos que el otro crea que no puede o debe, ya que justo la tendencia disruptiva es romper con toda limitante tanto emocional como intelectual y dogmática.

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