Por: Jesús Enrique Ramírez Pérez
Para Agustín Carstens, quien hasta el 30 de noviembre ocupó el cargo de titular del Banco de México, el aumento al salario mínimo puede ser un factor de presión a la in ación para que se vaya al alza, discurso bastante trillado y que rompe con la argumentación que en su momento se dio como válida para concretar la desindexación del salario en México, que para entonces se sostuvo que evitaría que los aumentos a los salarios generaran in ación.
Hoy que líderes empresariales han trasmitido a los trabajadores su intención de concretar aumentos superiores a la in ación, fue que el ex titular de Banxico comentó su discurso ochentero advirtiendo que un imprudente incremento a las percepciones de la clase trabajadora, obstaculizará la meta de bajar la in ación al 3% en el corto plazo.
Por primera vez en la historia de los aumentos al salario mínimo en el país, los empresarios retoman en discurso del nuevo sindicalismo, como el que practica la CROM, y decide proyectar incrementos del 19%, por ejemplo, que en la víspera plantearon como reto para aumentar el salario mínimo de 80.04 a 95.24 pesos por día.
Los empresarios nalmente se han dado cuenta que, en la medida en que los salarios que otorguen a sus trabajadores sean robustos, en esa medida fortalecerá los bolsillos de las familias, su capacidad de compra será mayor y por consecuencia, las ventas aumentarán y la demanda de producción de bienes y servicios crecerá, generando más fuentes de empleo y dinamizando un círculo virtuoso a partir de pagar mejores salarios a los trabajadores.
Los dirigentes nacionales de Coparmex y del Consejo Coordinador Empresarial, han fijado sus posturas en relación a que los aumentos sean superiores a los históricamente otorgados al inicio de cada año, los centros de estudios económicos han expresado la factibilidad de que los aumentos al mínimo dejen de ser en los rangos que se han otorgado en los últimos años, y que, al estar ya desindexado, deberán ser los trabajadores y los empresarios los que se pongan de acuerdo y determinen los aumentos en el entendido de que dejarán de incrementar sólo el rango de la inflación.
En medio de este acuerdo de voluntades, en donde los empresarios están dispuestos a aumentar más el salario y los trabajadores dispuestos a ganar más dinero por su trabajo, vuelve a escena el ex titular de Banxico para advertir que los aumentos al mínimo podrán desatar la inflación.
Pareciera que Agustín Carstens, quien ya tenía un pie fuera del Banxico, a manera de despedida, torpedea el anhelado acuerdo de mayores ingresos para los trabajadores y suelta la perorata de que los salarios disparan in ación. ¿Qué busca este personaje al retomar ese añejo discurso? ¿Pensódaralaclasetrabajadora,laúltima bofetada a los trabajadores, antes de irse? ¿La última y nos vamos?