Por: Karina Barba, Tlanemani – Mujeres Con Liderazgo
La participación de las mujeres en entornos de equidad en todos los sectores, es una condición fundamental y estratégica para alcanzar el desarrollo de cualquier sociedad, ya que impacta de manera directa en el equilibrio de la sostenibilidad medio ambiental, económica y social.
Se ha demostrado que el empoderamiento de mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador, que promueve el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial, tan es así, que actualmente la Igualdad de Género es uno de los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030.
La lucha por los Derechos de las Mujeres es antigua, aunque invisible para muchos. Tan invisible como la violación de los mismos en la actualidad; existen antecedentes desde la edad media pero el detonante se dio en el periodo de La Ilustración con la publicación de la obra “Vindicación de los derechos de la mujer”, de Mary Wollstonecraft (1792), dando origen al Feminismo: un movimiento político, cultural, económico y social que tiene por objetivo garantizar los Derechos de las Mujeres.
Sin embargo, hasta hace pocos años se empezó a reconocer la legitimidad de la lucha, ya que la violencia y la discriminación contra las mujeres está tan arraigada, extendida y tolerada en nuestras estructuras, que resultaba imposible para mujeres y hombres percibirla, siendo en consecuencia concebida como ’normal’, a pesar de ser una violación a los Derechos Humanos.
La brecha de desigualdad de género no sólo ha impactado de manera negativa a las mujeres limitándolas en su desarrollo integral, también ha afectado a la humanidad en general, ya que ha impedido la construcción de sociedades equitativas, democráticas, justas y libres.
Es por eso que el tema de la Igualdad de Género ha ido tomando fuerza en las agendas locales, nacionales e internacionales, y se le empieza a dar la importancia debida, pues cada día más personas son conscientes de la violencia y discriminación en la que han vivido y aún viven muchas mujeres; hoy podemos ver en los medios de comunicación y en las discusiones públicas y privadas este tema sobre la mesa, y aunque aún falta mucho por construir, representa un gran avance el que hoy la visibilicemos, aunque lamentablemente el asesinato a mujeres continúe. No debemos olvidar que matar es la culminación de la desigualdad social. Aunque los datos en México varían según la fuente, en todas es alarmante, un reporte presentado por ONU MUJERES MÉXICO en 2019 registra 7 feminicidios diarios y una tendencia en aumento.
El feminicidio es la máxima expresión de violencia contra las mujeres, pero no es la única, las condiciones de desigualdad se presentan en lo político, cultural, económico y social; ante este escenario es necesaria la acción colectiva, alianzas efectivas entre todos los sectores para generar condiciones de inclusión para las mujeres.
Investigaciones realizadas por la ONU han demostrado que las mujeres son agentes decisivos en la construcción de la gobernanza democrática, la reducción de la pobreza, la prevención y recuperación de crisis, la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible. El Banco de México asegura que la participación de las mujeres es el medio para poner fin a la pobreza y promover la prosperidad compartida.
La inclusión de las mujeres en todos los sectores se convierte en un factor determinante para que las sociedades alcancen su máximo desarrollo, para ello es necesario que sea en condiciones de igualdad y paridad de género.
En especial la paridad de género tiene que ser llevada al sector privado, que es el principal generador de empleos. Es fundamental que exista una participación equilibrada de mujeres y hombres en las posiciones de poder y de toma de decisiones en todas las esferas de la vida, para construir una sociedad equitativa como condición fundamental para alcanzar el desarrollo humano y el bienestar social.