LAM. Héctor Chávez, Director Porta Gayola
La tauromaquia se define como la lidia del toro, del griego “tauro” toro y “maquia” lucha, no es sino la acción por la que el hombre lucha frente a frente al toro.
Desde los tiempos romanos, el toro fue considerado un animal feroz y salvaje por lo que fue parte también de los circos romanos donde los gladiadores luchaban contra bestias y así demostraban sus habilidades de lucha.
Ya en tiempos de la edad media y específicamente en España se retoma al toro que se encontraba salvajemente más hacia la península ibérica por lo cual los nobles españoles comienzan en primer lugar la captura de toros y después su crianza con el único objetivo de usarlos en eventos públicos como entretenimiento.
Se tiene registro que Rodrigo Díaz de Vivar fue el primero en lancear toros a caballo en España, y es que en los orígenes de la tauromaquia la lucha entre el hombre y el toro se daba estando montado el primero a caballo y de ahí hacia suertes para burlarlo. De aquí por qué en una corrida de toros siempre sale primero el rejoneador al ruedo.
En España, durante el reinado de Juan I para el año 1387, se realizó la primera corrida de toros de la que se tiene registro en el archivo general de la corona de Aragón y tuvo lugar en Barcelona en la plaza del Rey.
Ya en el siglo XVI el festejo de algún triunfo bélico, una fiesta religiosa o algún evento de la realeza era complementado con la lidia de un toro para lo cual los nobles iban a pie y ponían a sus sirvientes y escuderos a pie para que los apoyaran y auxiliaran en caso de que el toro hiciera por ellos o por el caballo.
Los escuderos reales, que en esos tiempos usaban una pequeña capa en su vestimenta, hicieron uso de ella para llamar la atención del toro y asÍ poder distraerlo y llamarlo en caso de ser necesario, de aquí nace el uso capote que poco a poco se fue haciendo más grande para facilitar la labor.
Fue hasta el siglo XVIII cuando a los asistentes les empezó a llamar más la atención las suertes que hacían los de a pie y empiezan a surgir figuras conocidas del toreo, como Costillares, Pepe-Hillo y Pedro Romero.
Durante este siglo también se construyeron las primeras plazas de toros en España, en 1707 consta que existía una plaza de toros cuadrada en el Arenal de Sevilla, en 1764 se inaugura la plaza de toros de Zaragoza y en 1792 la Plaza de toros vieja de Tarazona.
El 24 de junio de 1526 se llevó a cabo un evento taurino para festejar el regreso de Hernán Cortés de la Hibueras.
En 1527 Juan Gutiérrez de Altamirano primo de Hernán Cortés importa doce pares de toros y vacas de lidia de Navarra España y se establece como la primer ganadería registrada en América, siendo ésta la ganadería de Atenco.
El 13 de agosto de 1529 se celebró la primera corrida de toros como tal para conmemorar el aniversario de la toma de la gran Tenochtitlán.
En la década de 1910 a 1920 se desarrolla la llamada Época Dorada de la tauromaquia, protagonizada por la rivalidad profesional entre Juan Belmonte y José Gómez (Joselito), que inauguraron el camino hacia el toreo moderno.
Posteriormente a la Guerra Civil Española se produce un auge en el mundo taurino, gracias al surgimiento de la figura de Manolete, para muchos el más vertical de los toreros en la historia; a este auge siguen figuras como Luis Miguel Dominguín, el mexicano Carlos Arruza, Pepe Luis Vázquez, Antonio Bienvenida, Pepín Martín Vázquez, Silverio Pérez, Miguel Báez “El Litri”, entre otros.