MDA. Juan Camilo Mesa Jaramillo
rectoria@ucuauhtemoc.edu.mx
En varias ocasiones he señalado que el sistema educativo mexicano tanto público como privado, está pasando por una crisis compleja que en el mediano plazo nos seguirá manteniendo como un país en rezago, partiendo de la premisa de que el conocimiento es el mayor valor agregado para una nación.
Hemos intentado hacer reformas, cambiar esquemas, evaluar docentes, etc., etc., pero al final, los resultados son los mismos, aparecemos como el último lugar en las evaluaciones educativas internacionales que aplica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organismo que aglutina a las más importantes economías del mundo. También vimos con tristeza que nuestra máxima casa de estudios la UNAM, quien fuera la mejor universidad de la región, hoy cediera su lugar a las universidades brasileñas que vienen “pisando fuerte” sustentadas en su esquema de Todos por la Educación, el cual fue desarrollado hace varias décadas por los empresarios, padres de familia y gobierno, con el fin de mejorar su educación y buscar ser un país mucho más competitivo. Y bien que lo han logrado, pues a pocos años hoy nos superan por lo menos en educación superior, según los estándares internacionales.
¿Qué pasa en México?
El tema es complejo pero trataré de señalar lo que desde mi punto de vista nos tiene rezagados:
1. Nuestro sistema educativo está centrado en el conocimiento y no en la persona. Los países exitosos entendieron que el ser humano es el centro de la educación, por eso se enfocan en fortalecerlo para que el conocimiento al nal sea una consecuencia de un ser humano fortalecido. En México seguimos enseñando “tipo manada” donde las fortalezas y debilidades de cada individuo no importan.
2. El gasto en educación. México invierte cerca del 6% del PIB en educación, pero el 98% se va en gasto corriente (nóminas), nos queda muy poco para invertir en capacitación, infraestructura y nuevas metodologías. Los países desarrollados invierten 50 – 50 aproximadamente.
3. Somos el país de OCDE que menos invierte en ciencia y tecnología, únicamente un 0,47%, por lo que al final la innovación es mínima. Nuestro país desarrolla 222 patentes al año, mientras que Estados Unidos, 159.000.
4. Capacitación docente. Nuestros maestros más inexpertos (o muchas veces sin profesión) son ubicados en los primeros años escolares. Finlandia, por ejemplo, ubica a sus mejores maestros en los primeros 5 años escolares, pues son estos años los que forjan al ser humano que soñamos.
5. Internet. El internet en México es de muy mala calidad y exclusivo para la gente que lo puede pagar. Ni esperanzas que un niño de una escuela rural tenga acceso a esta tecnología, pues si hay internet, no hay computadoras, si hay computadoras, no son suficientes, y así podríamos seguir señalando. Lo que más duele es que en México nos “enorgullece” contar con uno de los hombres más ricos del mundo, el “dueño” de las telecomunicaciones en el planeta. Es increíble que teniéndolo no tengamos el mejor internet del mundo y totalmente gratuito para las escuelas públicas. Un niño con acceso a internet y bien guiado, puede adquirir el conocimiento que requiere para quizá mejorar su desarrollo y alcanzar un futuro exitoso.
Muchos son los obstáculos que tenemos. Lo triste es que son conocidos y pudieran ser resueltos con una estrategia seria que involucre al gobierno, los empresarios y las familias, pues sólo así, unidos, lograríamos formar al educando que México requiere para crecer, disminuir las desigualdades y ubicarse en el lugar económico que merece gracias a su potencial y a los recursos que tenemos.