Por: Lic. Rabindranath García Sánchez
Hoy en día, la palabra “Emprender” la encontramos en la mayoría, si no es qué en todas, las publicaciones de revistas, libros o artículos especializados, así como en la internet. Estas lecturas se enfocan en decirte qué y cómo emprender un negocio o justificar cientos de razones por las que debes decidir hacerlo. Sin embargo, la palabra o el significado es mucho más profundo, es más propio o cotidiano de lo que pensamos.
El objetivo de este espacio es volver al origen. Comprender la raíz de la palabra, no en el sentido etimológico, sino en el de la acción y a través de esto último, generar la motivación, así como la visión de para qué y por qué emprender, sea cual sea el espacio en el que llegues a plantear hacerlo. Empecemos entonces.
Emprender no es, necesariamente, crear un negocio. Es simplemente hacer algo, una determinada acción, llevar a cabo esa idea que tienes. Así como los hermanos Wright inventaron lo que hoy conocemos como avión, existen cientos de personas, en diferentes sectores, que destacaron por hacer la diferencia. Es decir, no se quedaron con la idea, sino llevaron la idea a la realidad.
Siguiendo la misma idea, todos emprendemos y somos emprendedores. En la vida cotidiana emprendemos al hacer o decidir hacer algo. Como quién propone cambios en el trabajo y lo lleva a cabo, sin importar el resultado. Emprendemos al llamar a un cliente y proponerle un servicio, es decir, no sólo lo pensaste y quedó ahí.
Entonces, emprender no radica en el hecho de “querer o planear o tener una idea” de hacer algo, o haber encontrado una oportunidad de mejora, emprender necesita el impulso, un deseo de hacerlo, una fuerza interna que te empuja a levantar la mano y decir “yo, yo lo hago” y en palabras concretas llevar a cabo eso que pensaste o quieres hacer. La buena noticia es que ese impulso lo tenemos todos, sin embargo, no siempre tomaremos la decisión de hacerlo, no siempre sentiremos el impulso que me empuja a hacerlo.
Emprendedores son quienes decidieron hacer algo y no se quedaron con sólo el pensamiento o el deseo de hacerlo y tomaron un riesgo (del nivel que sea, siempre existe un riesgo) no importándoles las veces que deban volver a empezar. Es por esto último qué en el ámbito empresarial, los emprendedores se destacan. Debido a lo anterior, quise empezar aclarando el significado de la palabra, ya que debemos sentirnos orgullosos por las cosas que emprendemos a diario, por los éxitos y aprendizajes y, en consecuencia, los beneficios que traen éstos a nuestra vida.
Emprender un negocio implica, desarrollar la idea y llevarla a cabo. Entendiendo como negocio, cualquier actividad que genere riqueza, en todos los significados o enfoques que tiene esta palabra, como riqueza financiera, felicidad, satisfacción, estabilidad, etc. Para esto, es necesario no enfocar nuestras fuerzas creativas únicamente en el dinero, en aquella idea millonaria, en la idea mágica que me llevará al paraíso financiero. Habrá que desarrollarla en base a nuestra razón de ser, a nuestro “por qué” interno. Un concepto muy actual es el “Golden Circle” de Simon Sinek.
Simon se enfocó en entender por qué los colaboradores (de cualquier nivel), llegan a perder la pasión en su trabajo. ¿por qué dejaron de sentir la pasión?, su experimento inició en él mismo, ya que, en efecto, dejó de sentir satisfacción en su trabajo.
Su teoría se basa en decretar “La satisfacción es un derecho y no un privilegio” (Sinnek Simon, “Encuentra tu por qué”, 2017). Y para lograr la satisfacción, debemos descubrir la misión por la que existimos cada uno de nosotros (el “por qué”), dándole sentido, visión y objetivos claros a todas las cosas que hacemos a diario.
Entonces, si llevamos a la práctica esa actividad que me da satisfacción todos los días y sé por qué lo hago, mi vida será verdaderamente plena. Dice, todos saben lo “que” hacen, también saben “cómo” hacerlo, pero pocos saben “por qué” lo hacen.
Descubrir nuestro “por qué”, no es tan sencillo como crees. ¿Sabes realmente por qué te levantas todos los días para ir a trabajar? En mi próxima entrega profundizaré en este tema.