Por: Óscar Fabián Gutiérrez Tenorio
Desde siempre he sabido que el 97% de las empresas en el mundo fracasan, y lo hacen no sólo por no tener un plan de contingencia, también por no tener un plan de acción, muchas veces ni siquiera saben a dónde van, no tienen trazado un mapa, mucho menos objetivos y estrategias, valores y filosofía del pensamiento.
Por esta razón todos los días se cuestiona hacia afuera si existen las rutas por las cuales ir, y las autoridades que lo han entendido muy bien, trazan las rutas por las que las empresas deben transitar, pero dentro de todo, está el caos, una recesión inminente donde el mundo crece apenas 50 puntos porcentuales, México se acerca a la caída más grande de la historia, se pensaba que era la del 2009 por la llegada de la Influenza H1N1 y todos los demás indicadores de aquella fecha.
No es así, la delincuencia ha alcanzado los niveles más altos, incluso me atrevería a decir que está incrustada en los órdenes del gobierno y desde ahí opera, sin embargo para analizar lo que quiero hacer en este momento es necesario profundizar en las contingencias y los efectos que tienen en las empresas tras la aparición de una amenaza verdaderamente atemorizante, la pérdida de la salud. Este tesoro tan preciado, que no hemos valorado y que cada vez más vemos embotellado y encapsulado en suplementos y medicinas, ahora lo vemos como algo que no sabíamos que teníamos y debemos cuidar como si verdaderamente conociéramos su valor. Es necesario revisar las decisiones que se toman desde los bancos centrales, veremos reacciones durante todo el año en un aislamiento de las empresas hacia la obtención de financiamiento y condiciones que mejoren la productividad. Pero ahora bajo la directriz de los 15 lineamientos establecidos desde la OCDE que buscan disminuir los beneficios fiscales y erosionar la base gravable y los privilegios que las empresas han obtenido con la finalidad de evadir o eludir los pagos de los impuestos.
Pero ahora desde la óptica de un viejo que no cuidó lo que tenía y le aquejan problemas de salud, que han generado disminución de la circulación en las arterias -las ventas- y la imposibilidad de aislarse en cuarentena esperando que el gobierno pueda generar la cantidad de dinero suficiente para sostener las deudas que obtuvo en el pasado, y que se han llevado a través de facturas falsas a cuentas en el extranjero, o sabe Dios dónde han quedado esos recursos. La opción no es cerrar el negocio por recomendaciones de salud pública, hoy en día para las empresas es todo un reto estar vigentes, existen condiciones globales que impiden el desarrollo y el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas, no sólo por las condiciones tan adversas de riesgo sanitario, sino por los costos que deben pagar para sostenerse. No dejemos de observar también que los privilegios que muchos han obtenido anteriormente, hoy los tienen que pagar las nuevas generaciones de empresas y emprendedores. Las licencias comerciales, los permisos de construcción, los impuestos, las condiciones de mercado y un largo etcétera son cada vez más difíciles para el sostenimiento de cualquier emprendimiento.
Por todo esto, hoy quiero dar algunas recomendaciones para que las empresas puedan sostenerse bajo las condiciones mencionadas:
1. Revisar si los costos fijos de la empresa no están relacionados al producto o servicio que se ofrece, se tiene que buscar que los costos sean variables y que no estén condicionados a la producción o venta, al ser fijos generarán que la producción sea insostenible por las condiciones globales antes descritas.
2. Revisar las condiciones de crédito, que sean suficientes y a largo plazo, que no desvirtúe el momento de venta y de producción y que no estén condicionadas a cualquier situación de impago, ya que esto puede generar problemas de liquidez y, en consecuencia, costos irreversibles.
3. Revisar que cada vez más tu producto o servicio pueda realizarse de forma automática y con revisiones de calidad periódicas, sin la necesidad de depender al 100% de mano de obra, o que esta sea remunerada de forma autónoma y en función de su resultado.
Suerte en la contingencia, espero saber de ti pronto.