Su trabajo como asesora, comprometida siempre con la comunicación y la imagen, la llevaron a ser ahora la primera mujer apoderada del mundo taurino, una figura emblemática y representativa en el mundo del toreo, históricamente relegada a los hombres, que la posiciona como una mujer fuerte, capaz y decidida.
mprendedora y activa, Vero González se ha dedicado con gran éxito a la imagen pública para el posicionamiento de políticos, empresarios, artistas, figuras públicas y modelos desde hace más de diez años. Las relaciones públicas son algo propio de su naturaleza, le gusta comunicarse, y su carácter alegre le ha abierto puertas en muchos ámbitos. Cuando le preguntamos sobre su secreto para el éxito, no dudó en decir que el compromiso que tiene con su trabajo es su mejor carta.
Su trabajo como asesora, comprometida siempre con la comunicación y la imagen, la llevaron a ser ahora la primera mujer apoderada del mundo taurino, una figura emblemática y representativa en el mundo del toreo, históricamente relegada a los hombres, que la posiciona como una mujer fuerte, capaz y decidida. “Ha sido una labor comprometida y detallada que me ha permitido impulsar la carrera del matador Arturo Saldívar, haciendo historia y demostrando que las mujeres tenemos el carácter y la habilidad necesarias para desempeñar una tarea de esta naturaleza.”
Siendo una mujer tan trabajadora, soltera y mamá de dos hijos, el más grande reto al que se ha enfrentado ha sido el factor tiempo. Mantener en todo momento un nivel de profesionalismo en el trabajo a la vez que dedica atención y da cariño a sus hijos son las dos tareas más importantes en su vida, que ha sabido balancear, reconociéndose como una mujer empresaria de éxito y una madre fuerte y consciente.
Forma parte fundamental del equipo de trabajo de la alcaldesa Tere Jiménez, a quien considera una persona muy dinámica y trabajadora y a cuya administración aporta en todo momento su profesionalismo, su compromiso, su lealtad y el amor por su trabajo. La impulsa saber que siempre trabaja para grandes personas y la motiva hacerlo en su hermosa ciudad natal, Aguascalientes.
Los errores del pasado no la detienen, para ella son un trampolín de oportunidades que le abren nuevos caminos al presente. “Un error que tuve como empresaria fue no haber tenido una estrategia, un plan específico que me mostrara claramente los recursos que debía emplear y cómo hacerlo para obtener un resultado determinado.”
Vero invita a las mujeres que son mamás y empresarias a que crean en ellas mismas, que sepan que lograr su sueño es posible, que tomen de dentro de su corazón toda la fuerza y el amor que son necesarios para lograr grandes cosas, por difíciles que parezcan. “Las mujeres somos fuertes y siempre saldremos adelante.”
Reconoce que hay un sentimiento de culpa cuando se deja a los hijos para ir a trabajar; a su vida llegó primero su hija y después la empresa, su hija Melissa, ahora de veintiocho años, y Sebastián de quince, ahora le dicen ‘má’ de cariño y se entregan a ella con amor, sin juzgarla y aceptándola, reiterando en Vero la certeza de que el tiempo en familia es lo más importante y recordándole que valió la pena el gran reto de adaptación y de superar la culpabilidad que alguna vez sintió.
Considera que un aspecto esencial para el crecimiento de toda mujer emprendedora es la lectura, ella es lectora asidua de libros sobre crecimiento empresarial, que le dan herramientas para gestionar el tiempo y trabajar en la empresa y en el hogar, ¿libros para ser una gran madre?, “para ser una gran madre solo hay que mirar en nuestro corazón.”
Este mes reconocemos de una manera especial a las mamás, Vero admira a la suya por haber tomado la decisión de hacer a un lado su realización profesional para dedicarse a sus hijos y su hogar de tiempo completo, “no cualquiera estaríamos dispuestas a hacerlo.”
La frase del gran escritor y filósofo Jean Paul Sartre ‘Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros’, la inspira, porque como ha demostrado, podemos lograr lo que queramos, sin importar nuestras condiciones.