Es obvio que la mayoría de los usuarios de redes sociales no tienen ni idea del peligro que corren al subir fotos,
videos y datos de donde se encuentran de vacaciones. En la ignorancia y el deseo de presumir una vida que no vivimos en vivo muchas veces publicamos hasta el itinerario de nuestros viajes. Sin tener en cuenta que damos no sólo datos de nuestro paradero, sino que dejamos en claro que no estaremos en casa por un tiempo.
El problema no radica en que haya gente mala que pueda tomar acciones y uso de nuestra información. A veces el problema está más cerca de lo que creemos.
Tal como dice el dicho popular, “PIENSA MAL Y ACERTARÁS”. Hay que estar alertas.
No tenemos el control sobre nada de lo que ocurre en la red. Estamos siendo monitoreados, evaluados y clasi cados en cada like, comentario, reacción y publicación que hagamos.
Incluso lo que hacemos en privado y los inbox están dentro del acuerdo de uso de la plataforma, en donde nos dejan bien claro que no hay ningún dato que sea resguardado por ley. Es decir, SÍ, TIENEN ACCESO Y PUEDEN COMPARTIR todo lo que hagamos una vez que ingresamos con una clave y un usuario a su sitio web.
Lo mismo ocurre en todas las redes sociales digitales ya que no dejan de ser simplemente una página de internet con una programación intuitiva y atractiva.
No hay anonimato, ni siquiera cuando
estamos usando internet desde un ciber café. Tampoco cuando buscamos algo en Google. En realidad, no hay nada de privado desde el momento en el cual nos acercamos a un dispositivo de comunicación moderno, sea o no un Smartphone.
Muchos podrían preguntarse ¿Por qué usamos estas herramientas tan so sticadas y peligrosas aún sabiendo los riesgos? La respuesta es sencilla, porque somos adictos, estamos tan metidos en este nuevo vicio que se nos hace imposible dejar de querer más. El acceso a la vida de otros de una manera tan sencilla es un placer escondido del ser humano. Espiar, poder juzgar desde el anonimato, ser partícipes de la vida de alguien que jamás nos involucraría en su vida y poder interactuar a la fuerza con ella o él.
Es un tema que podemos llegar a odiar, que nos debe de tener alertas porque realmente es extremadamente delicado. Tal vez no nos asuste que nos estén espiando en este momento. Que nos escuchen sólo por tener nuestro celular cerca o que puedan usar nuestra cámara de fotos para vernos en vivo sin que nos demos cuenta. Pero lo que seguramente nos puede poner alerta es que estén espiando a un ser querido. Quizas a los niños de la casa, siendo víctimas de algún ser despreciable con grandes conocimientos de informática, a algún depravado mental que sin duda debería darnos miedo.
Pero con tener miedo no arreglamos nada. Y como no hay mucho que podamos hacer al respecto, solo me queda dar algunas recomendaciones básicas para mantenernos lo más protegidos posible. 6 puntos a tener en cuenta desde hoy:
1- No comparta sus claves ni deje usar sus dispositivos por extraños (incluso si comparte aparatos en los cuales tenga material privado o claves importantes, no lo deje al alcance de nadie que no sea de su extrema con anza).
2- No abra mensajes ni ligas que le lleguen de números desconocidos a su celular. Pueden llegarle mensajes con títulos muy atractivos o enigmáticos… DESCONFÍE. Si usted entra a algún sitio o liga misterioso puede estar dejando el control absoluto de su teléfono a alguien más.
3- Supervise que hacen sus hijos en internet. Tenga el tacto necesario para preguntar sin invadir o asustar, recuerde que todo se puede hacer con un celular, en cualquier momento y cualquier lugar. Sea amable pero rme, ponga los limites necesarios siempre dando una explicación de por qué hace las cosas. Es mejor prevenir que lamentar.
4- Evite usar computadoras o teléfonos de terceros para acceder a sus cuentas personales. Existen programas informáticos que capturan todo lo que usted escribe en un teclado y son fáciles de leer en otro momento.
5- No guarde material privado en su celular, procure hacer copias a menudo de su información en un disco duro externo. Esa información es tan valiosa como su cuenta de banco y seguramente le puede ahorrar muchos dolores de cabeza.
6- No deje que alguien que no sea realmente un experto en el tema maneje sus redes sociales. Lo que alguien haga, lo hace a su nombre.