Por: Ing. Cuitláhuac Pérez Cerros
El rencor social en nuestro país va en aumento y esto ha provocado que México esté mas dividido que nunca y lamentablemente lo estamos permitiendo.
Las reacciones de un sinfín de personas, están cayendo en el fanatismo y cuando se mezcla el fanatismo con la ignorancia, se crea un riesgo potencialmente peligroso para la estabilidad social del país. Ese fanatismo ha provocado que el rencor, el odio y el desprecio entre los mismos mexicanos vaya en aumento, pero hay situaciones irrefutables que debemos entender, ya que por mas fanatismo que exista, ni la riqueza, ni los empleos se generan por decreto, no se puede repartir una riqueza que no existe, así como tampoco podrían existir empresas o negocios sin colaboradores, imposible pensar también, en la generación de riqueza o fuentes de empleo sin empresas o negocios en este país. Todos dependemos de todos para subsistir, pero lo estamos perdiendo de vista, porque así como hay gente buena, responsable y productiva, también hay gente mala y abusiva en todos los sectores sociales.
No tenemos que estar de acuerdo con la ideología de los demás, estamos viviendo cambios importantes en el sistema mundial de producción y consumo, en las relaciones sociales, en los límites y alteraciones que tendrá la vida pública y en comunidad y en general en la vida diaria de las personas.
Comenzamos a vivir bajo otras normas que hasta hace pocos meses no sospechábamos, pero lo que debe imperar, es el respeto en todos los sentidos sin importar ideologías o filias. La democracia, es una forma de gobierno en el que se puede ejercer el poder político del y para el pueblo, pero el pueblo somos todos los mexicanos, podemos ejercer también, el derecho al cambio de gobierno, al equilibrio de poderes, a la justicia social y a la creación de políticas públicas para mejorar el nivel del vida de las personas, decepcionantemente nos damos cuenta que sin importar quien o quienes lleguen al poder, la historia siempre se repite una y otra vez, porque en la mayoría de los casos se crean políticas públicas, que favorecen solamente a los intereses personales de unos cuantos, sin importar las necesidades que existan en la sociedad.
Innegable es el hecho, de que la sociedad llegó al hartazgo de la clase política, debido al nivel de corrupción que ha prevalecido históricamente en nuestro país, aunado a la impunidad y al abuso de poder, que han caracterizado siempre a nuestros gobiernos. Estos factores han facilitado la división y polarización que se ha creado en el país, mismos que han provocado el peligroso incremento del rencor social en nuestra sociedad. Sin importar el nivel de ingresos, los mexicanos vivimos inmersos en una polarización social, que ha terminado en la descomposición de ciertos valores: la falta de empatía ante los problemas del otro, la reproducción irracional de estereotipos de una determinada clase social o la falta de sensibilidad ante la violencia y la tragedia.
Hasta ahora nadie sabe cual es el parámetro que divide a unos mexicanos de otros, o cuales son los factores que determinan que una persona se convierta en pueblo y otra en opositor, ¿acaso el nivel de ingresos, la ideología, o la filia? Si alguien a quien llaman pueblo, decide crear un negocio o empresa porque quiere mejorar su nivel de vida y el de su familia, ¿dejaría de ser pueblo para convertirse en opositor? O si por el contrario, alguien que tenía una empresa y no tuvo mas remedio que cerrarla debido a los estragos provocados por la pandemia, ¿dejó de ser opositor y se convirtió en pueblo en ese momento? Por demás absurdo el concepto que se ha venido manejando para dividir al país.
Sin duda, las decisiones que se han tomado en el gobierno federal causan molestia, pero juzgar, criticar y destruir es fácil, dejémosle esa función a otros, nuestra capacidad como sociedad es superior a eso, dejemos de perder el tiempo y enfoquémonos a fortalecer lo que sabemos hacer, aprovechemos este golpe reflexivo que acabamos de vivir, para cambiar nuestra forma de pensar, seamos creativos, construyamos en conjunto, fortalezcamos el sector productivo, desarrollemos proyectos de innovación científica y tecnológica y apostemos por México, porque no estamos viviendo en diferentes países, debido a que todos somos mexicanos.