Por: L.A.M. Héctor Chávez Álvarez – Director de Porta Gayola
El traje de luces es uno de los símbolos más importantes dentro de la Tauromaquia, sus colores vivos y tonos brillantes están lejos del origen de la indumentaria taurina.
El Traje de luces es llamado así por los reflejos que producen las lentejuelas que lo cubren.
Procede del traje de los majos de finales del siglo XVI en Portugal y España y que acabó convirtiéndose en una ropa exclusiva para ejercer la tauromaquia.
La evolución del Traje de Luces ha sido lenta, en un inicio los nobles que hacían las faenas ante el toro buscaron en primer lugar un atuendo que los protegiese y al mismo tiempo les diera un reconocimiento sobre los peones que les ayudaban en el transcurso de la faena, lo más sobresaliente era una faja que se ponían en el pecho para protegerse de las embestidas y una redecilla en el cabello que lo usaban largo y así se protegían de algún golpe en la cabeza.
En el siglo VII Joaquín Rodríguez, “Costillares” revoluciono la indumentaria que se usaba y agregó una chaqueta larga con hombreras, mangas estrechas y una faja de seda roja con un calzón que llegaba a media rodilla con medias claras de seda y zapatos bajos con lazos de adorno, este último se mantiene en los trajes actuales
A finales del siglo XVIII los toreros cubrían su cabeza con un sombrero de ala ancha y su pelo era trenzado dejándolo caer sobre la espalda. Complementaban el conjunto con una capa. Con el tiempo, tal capa se convirtió en el capote para torear confeccionándolo con tela resistente de color rosa por un lado y por el otro amarillo.
Francisco Montes “Paquiro” fue un gran innovador en el toreo y también en el diseño de los trajes del torero.
Entre 1830 y 1835 Paquiro aparece con la montera de gran tamaño y mucho más altas que las actuales, además que presentaban borlas en los laterales, así mismo comienza a utilizar las lentejuelas para adornar los trajes junto con los alamares o los botones de adorno.
Son utilizados también los machos para apretar y asegurar la posición de la taleguilla y de la chaquetilla.
El tamaño de las hombreras también cambió. En este momento las hombreras se confeccionaban de mayor tamaño y la chaquetilla se acorta para dejar lucir la faja.
La taleguilla era fabricada sobre todo con seda torzal para mejorar el acoplamiento a la pierna.
En esa época se utilizó el capote de paseo galardonado de plata. En los años siguientes el traje fue exageradamente adornado con bordados en oro y plata que llegaron a pesar más de 20 kilos por la aparición de las hombreras, que acumulaban bordados agregando los alamares y borlas.
En el siglo XX, tras los cambios que introdujo Paquiro, el traje de Torero se traduce en sencillez y comodidad.
A partir de 1922 el excesivo peso del traje se redujo a la mitad al quitar los adornos más pesados.
En la actualidad el traje de luces está compuesto por: la camisa, chaquetilla, taleguilla (pantalón que va desde la cintura hasta debajo de la rodilla), tirantes, corbatín, faja, medias, zapatillas, castañeta (coleta que se usa en la nuca).
El peso del traje es de unos 4 o 5 Kg y un precio medio razo
nable de 3.000 euros y su elaboración tarda alrededor de 40 días.
En la actualidad el matador al partir plaza sale con el capote de paseo liado a su cuerpo, por lo que se podría también mencionar como parte del atuendo.