Por: Ing. Alberto Aldape
Durante el mes de septiembre, la Secretaríaa de Hacienda y Crédito Público, tiene la obligación de entregar al Congreso de la Unión, el Paquete Económico para el siguiente año.
Este año en particular, el mismo había causado amplias expectativas, en función a ¿cuáles serían los criterios para su elaboración?, tomando en cuenta, el efecto económico que la pandemia esta causando en nuestro país.
Para sorpresa de muchos analistas, incluyendo un servidor, la Secretaria de Hacienda se mostró muy optimista, en cuanto al crecimiento del Producto Interno Bruto para el próximo año, al establecer un crecimiento de 4.6% en forma anual. Cabe hacer mención, que la más reciente encuesta, que el banco de México realizó entre especialistas del sector privado, estos estimaron un crecimiento del 3.01% anual.
Igual de optimista se mostró al considerar que la caída del Producto Interno Bruto para este año, sería de -8%, en la misma encuesta del banco de México, los especialistas consideran una caída de -9.97%.
La propia organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), estima que el PIB de nuestro país, caerá en un 10.2% anual.
Para el cálculo de que tan profunda será la caída, se están tomando en consideración factores como: Persistencia de la pandemia del COVID-19, impacto de las medidas del distanciamiento social, la destrucción del empleo formal resultante, el aumento de la informalidad y con esto, el evidente incremento de la pobreza en nuestro país.
Por el lado del crecimiento, los analistas internacionales, identifican como una debilidad de nuestro país, el tener pasivos contingentes y una base impositiva baja, lo cual generá, un corto margen de maniobra fiscal, para respaldar el crecimiento. Además de lo anterior, la falta de confianza de los inversionistas en nuestro país, hace aún mas complejo, el que se genere un rápido crecimiento de nuestra economía.
La distribución del gasto público, en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020-2021, revela que el Gobierno Federal, no tiene la menor intención, de establecer programas de apoyo a la actividad económica productiva, toda vez que no solo no incrementó el presupuesto de la Secretaria de Economía, sino que lo disminuyo.
El Gobierno Federal, pareciera que no se ha dado cuenta de que el mundo enfrenta una aguda crisis de salud y la mayor desaceleración económica, desde la segunda guerra mundial. El titular de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, espera que el panorama se componga, cuando se cuente con la vacuna para enfrentar la pandemia.
El economista en jefe de la OCDE, ha comentado que los formuladores de políticas públicas, tienen la oportunidad de su vida, de desarrollar estrategias de recuperación sostenibles, que permitan reiniciar la economía y generar inversiones en infraestructura verde, transporte, vivienda y PYMES.
El crecimiento económico para el próximo año, dependerá de varios factores, como la probabilidad de rebotes de la pandemia, el impacto en la confianza de consumidores y empresas, en la medida en la que existan apoyos públicos para conservar empleos y apuntalar a las empresas, que impulsen la demanda.
En conclusión, los gobiernos deben de continuar con las medidas inéditas de ayuda financiera, asegurando que estas, estén orientadas con más precisión y sean suficientemente flexibles, para adaptarse a las condiciones cambiantes; el gobierno debe de alentar a las empresas, a que inviertan en productos y servicios sostenibles, así como ayudar a financiar la transición, hacia una economía baja en carbón.
