El derecho como convicción
Alan es un hombre trabajador, humilde, con un gusto especial por escuchar a las personas, un joven emprendedor e innovador, nunca rendirse es su lema de vida.
Está en constante preparación, ya que además de tener vocación, es un joven con mucha convicción. Estudió la carrera de Derecho en la Universidad Cuauhtémoc Aguascalientes donde fue presidente de la sociedad de alumnos, cursó su Maestría en Justicia Constitucional en la Universidad de Guanajuato como becario Conacyt, y actualmente se encuentra cursando el Máster en Juicios Orales en la Universidad de Durango, así como el curso de Secretario de Acuerdo del Poder Judicial de la Federación, que postulará para Doctor en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. Después de egresar inició su vida laboral en el despacho “Gregorio Zamarripa y Asociados”.
Lidiar con la parte psicológica de sus clientes, ha sido uno de sus grandes retos, ya que los problemas legales afectan emocionalmente de forma directa no solo a los implicados, sino a sus familias y personas allegadas, y Alan, como abogado, está preparado para poder brindar apoyo y seguridad en estas complicadas circunstancias. “Nos gusta mucho trabajar sobre proyectos y ofrecer buenos resultados en tiempo específico. Siempre es importante hablar con la verdad y no vender falsas ilusiones, la ética profesional debe ser lo principal para poder trabajar en el área jurídica”
Lo que más le apasiona del derecho en el área penal es “vivir” el derecho, ya que hay momentos en los que se tiene poco tiempo para actuar y se debe estar preparado para ofrecer los argumentos correctos. “creo que debemos cambiar esas frases tan marcadas que nos tienen como abogados y volver a darle esa confianza a todos los clientes que llegan, tenemos la obligación y facultad de ayudar a las personas”.
Alan recomienda a los jóvenes que están iniciando en ámbito legal, 3 puntos importantes para crecer: en primer lugar, rodearse de personas con experiencia que puedan brindar un respaldo, así como él lo hizo con Blanca Yazmín Montoya González, José Manuel Montes Reyes y su padre Gregorio Zamarripa Delgado, quienes lo ayudaron a iniciar en el sistema penal, tener un equipo fuerte, donde cada uno pueda tener un rol específico y continuar preparándose mediante el estudio.
Además de dedicarse a lo penal, Alan es un joven empresario, siendo eventos “El Gallo” su proyecto, el cual inició hace 3 años como una afición, sin embargo, hoy en día es un negocio consolidado que ha generado marca importante en el estado y mediante el cuál brinda atención a muchos clientes ya permanentes.
El servicio público es una de sus próximas metas, ya que considera ser una persona que conoce las necesidades de las personas, que su experiencia le ha permitido escuchar de propia voz, para él, sería una gran forma de poder aportar aún más a la sociedad. “La congruencia es lo principal que debe tener una persona, en México nos falta mucho esa congruencia y el trabajo en equipo entre ciudadanía y gobierno”.