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María del Rosario Castro Rozas

Como Artista Plástica ROSARIO ROZAS, le dicen Tata Castro, es una persona que disfruta la vida, la naturaleza, su religión, es católica, apoya, sirve en lo que está a su alcance, se esfuerza por lograr sus ideales, es como cualquier persona que vive diariamente su día, con muchas emociones porque se considera intensa.

Su esposo José Francisco Alvarado y ella forman una familia con 3 hijos, ya casados: José Francisco Alvarado y Claudia Elena Flores, Ana Paula Alvarado y Luis Armando Orozco, Luis Gilberto Alvarado y Ana Patricia Guani y 6 hermosos nietos, Natalia, Diego, Victoria, Paulo, Santiago, Marcelo.  Son una familia unida, les gusta estar alegres, apoyarse cuando lo necesitan. Hasta hoy, cada uno ha buscado sus caminos, profesiones, realizando sus vidas y sus propios logros.

Le encanta el mar, disfruta con sus amigas un rico café o un desayuno, compartir, con los amigos, la buena comida, cocinar, bailar, buenas películas, la pintura, escultura, la creatividad ha llenado su vida. Leer libros espirituales y todo lo relacionado con el arte. 

Decidió entrar en el mundo empresarial para sumar los valores estéticos y la belleza de la profesión a la que se ha dedicado, con los esfuerzos y logros de sus compañeras empresarias; buscó la forma de prepararse profesionalmente para que sus obras comuniquen las emociones, la naturaleza que Dios ha creado tan bellamente. 

Para Rosario, cada obra es un reto, comunicarse con los materiales y hacer que ellos muestren lo que necesita decir. Inició hace ya treinta y cinco años, su esposo siempre la impulsó, pero tuvo que enfrentarse al mundo masculino en el Arte, se preparó con disciplina, siendo autodidacta. Contó con personas muy nobles y buenas que caminaron con ella en este bello recorrido. 

Su vida como testimonio es su legado. “Las mujeres debemos encontrarnos primero, ser valientes para expresarnos, defender con respeto lo que cada una descubre hacer como misión en la vida. Tener un sentido de vida, es fundamental”.

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