Por: Cuitláhuac Pérez Cerros
En México existen más de 4.3 millones de PyMEs que generan el 72% de la fuerza laboral formal y contribuyen en la producción del 52% del PIB, es decir del Producto Interno Bruto del país. Sin embargo estos datos no representan nada para el gobierno federal, ya que su único objetivo es usar los recursos del país para darles un ingreso a las que su caprichoso criterio considera como las personas más necesitadas y así seguir acumulando votantes cautivos.
Podríamos hablar de la afectación que tendrá el sector PyMEs por las erróneas y absurdas decisiones que se han tomado en el gobierno federal, o inclusive podríamos tratar de explicar dicha afectación desde el punto de vista financiero o estadístico, pero hacerlo sería perder el tiempo, sería caer en su juego, en donde cuanto más se polarice al país más se beneficia su proyecto de nación. Así que no, no perdamos el tiempo tratando de convencer con argumentos financieros y estadísticos a alguien que jamás ha creado nada en su vida y cuya experiencia y capacidad intelectual no son suficientes para entender un análisis de esta naturaleza.
En efecto, las PyMEs somos los de en medio, no somos parte de los de abajo a quienes el gobierno federal dice apoyar de manera incondicional, pero tampoco somos los grandes y millonarios empresarios a quienes les abren las puertas del gobierno federal para reunirse a conveniencia. Pero seamos realistas, ¿quién de todos nosotros creó su empresa o negocio gracias al gobierno?, o ¿quién ha crecido, se ha expandido y se ha diversificado gracias al gobierno? Prácticamente nadie, si tomamos esta información como referencia entonces dejemos de perder el tiempo analizando las decisiones que toman los representantes del gobierno a diario y enfoquémonos en lo que realmente le agrega valor a nuestras vidas.
Las crisis generalmente nos llevan a actuar de dos formas, por un lado algunos se tiran al piso y se quejan del entorno y culpan a los demás por lo que les pasa, y de lo que no son capaces de hacer por sí mismos para mejorar lo que tienen y cómo viven; y por otro lado hay quienes son creativos, proactivos y aprovechan las oportunidades que surgen con el cambio de comportamiento en la sociedad.
Aprovechemos esta crisis para reinventarnos, para dejar morir la vieja versión de nosotros mismos, para renacer con una nueva visión de vida y de negocios, dejemos de vivir presos de la psicosis y del pánico, abramos la mente y observemos las necesidades que se están generando con el cambio de comportamiento en la sociedad, identifiquemos las nuevas necesidades y propongamos soluciones para convertirlas en oportunidades de negocio, observemos los cambios, las tendencias y la evolución de todos los mercados para sacar ventaja de las nuevas oportunidades que se están creando con todos los cambios que se están suscitando en nuestro entorno, probablemente alguna oportunidad potencial de negocio no esté relacionada con el giro de nuestras empresas, pero valdría la pena pensar que ya es momento de diversificar.
Hagamos alianzas estratégicas con aquellos con quienes antes competíamos para fortalecer nuestra infraestructura y nuestra capacidad, analicemos la posibilidad de dejar de hacer solo proyectos para alguien más y comencemos el proceso de desarrollo de nuestros propios productos y servicios, compartamos las buenas prácticas que cada uno está desarrollando para hacerle frente a esta contingencia, aprovechemos el talento que tienen nuestros colaboradores para la generación de nuevos proyectos y fortalezcamos la comunicación interna con ellos para generarles identidad y sentido de pertenencia.
Desarrollemos estrategias corporativas a largo plazo que incluyan el crecimiento sostenido basado en la diversificación de negocios y en la investigación y el desarrollo, busquemos fuentes de financiamiento confiables y expeditas para contar con capital de trabajo y así seguir operando una vez que pase la contingencia y, sobretodo, definamos prioridades, llevemos nuestras empresas y negocios al siguiente nivel, a un nivel de unidad para crecer en conjunto, demostrando que lejos de ser un país polarizado somos un país unido y solidario y más en tiempos de crisis.
Tenemos que hacerlo, porque no hay muchas opciones para elegir, o nos unimos o nos hundimos; dejemos de resistirnos al cambio, asimilemos lo más pronto posible lo que estamos viviendo y aprovechemos la crisis para crecer como empresas y como personas, seamos innovadores y disruptivos, porque nada volverá a ser como antes, hagamos la diferencia, convirtámonos en agentes de cambio, y demostremos que las PyMEs seguimos siendo el motor del desarrollo económico en México.
